¿Sabes qué son las tarjetas revolving y por qué pueden ser un problema para tu bolsillo? En este artículo te voy a explicar todo lo que necesitas saber sobre este tipo de tarjetas de crédito que cada vez más bancos te ofrecen como una solución fácil y cómoda para financiar tus compras. Pero cuidado, porque detrás de estas tarjetas se esconde un engaño de los bancos que lejos de ayudarte solo buscan enriquecerse a tu costa. Y es que, os si aún no te has dado cuenta, los bancos son un negocio. Pero empecemos por el principio.
¿Qué son las tarjetas revolving?
Las tarjetas revolving son unas tarjetas de crédito que tienen la opción de pago aplazado, es decir, que si eliges esta opción, que en muchas de ellas viene activada por defecto, todas las compras que hagas con ellas se aplazarán con sus correspondientes intereses, obligándote a estar permanentemente endeudado sin necesidad. Además, estas tarjetas te permiten disponer de nuevo del crédito que vas pagando cada mes, lo que hace que la deuda se incremente y se alargue en el tiempo.
Para que lo entiendas mejor, te pongo un ejemplo práctico: supongamos que tienes una tarjeta revolving con un límite de 1.000 euros y un interés del 20% TAE. Si gastas los 1.000 euros en una compra y decides pagar una cuota fija mensual de 50 euros, tardarás 26 meses en saldar la deuda y pagarás 300 euros de intereses. Pero si además sigues usando la tarjeta cada mes para hacer más compras por valor de 100 euros, nunca acabarás de pagar la deuda y los intereses se dispararán.
¿Qué intereses tienen las tarjetas revolving?
Los intereses de las tarjetas revolving son muy elevados y varían según el banco y las condiciones que pongan. Por ejemplo, según un estudio de la OCU, el interés medio de estas tarjetas es del 21,6% TAE, pero puede llegar hasta el 27%. Estos intereses son mucho más altos que los de las tarjetas de crédito convencionales, que rondan el 12% TAE, y que los de los préstamos personales, que se sitúan en torno al 8% TAE.
Además, estos intereses pueden ser considerados usurarios si superan en más de 6 puntos porcentuales el tipo medio aplicable a las operaciones de crédito mediante tarjetas revolving en el momento de la contratación. Esto significa que si el tipo medio era del 20%, el interés pactado no debe superar el 26% TAE para no ser considerado usurario. En ese caso, podrías reclamar la nulidad del contrato y la devolución de los intereses pagados.
Según una sentencia del Tribunal Supremo, el tipo medio aplicable a las tarjetas revolving es el TEDR (Tipo Efectivo de Definición Restringida) publicado por el Banco de España, que equivale a la TAE sin comisiones. Este tipo medio varía según el mes y el año, pero suele rondar cerca del 20%.
Esto quiere decir que si tu tarjeta revolving tiene un interés superior al 26% TAE, podrías reclamar por usura. Y si tiene un interés inferior pero aún así muy alto, podrías reclamar por falta de transparencia o abusividad.
¿Por qué los bancos te ofrecen estas tarjetas?
La respuesta es sencilla: porque les resultan muy rentables. Al cobrarte unos intereses tan altos y alargarte el plazo de devolución, los bancos consiguen ganar mucho dinero a tu costa. Además, te incentivan a usarlas con ofertas como la devolución de un porcentaje de las compras (cashback) o la ausencia de comisiones. Eso sumado a nuestra falta de educación financiera hace el resto.
Pero no te engañes: los bancos no son tus amigos ni quieren ayudarte. Solo buscan enriquecerse a tu costa y aprovecharse de tu necesidad o ignorancia. Por eso, te ofrecen estas tarjetas sin informarte bien de sus riesgos y consecuencias. Si fueran tus “amigos” o tus “asesores financieros”, cómo creen muchas personas, al menos te habrían contado todo esto.
¿Qué puedes hacer para evitar caer en la trampa?
Lo primero es informarte bien antes de contratar cualquier producto financiero y leer la letra pequeña. Lo segundo es evitar usar estas tarjetas si no es necesario y optar por otras formas de pago más baratas y seguras, como las tarjetas de débito o los préstamos personales, aunque sabes que no debes vivir a crédito y tienes que convertirte en tu propio banco. Y lo tercero es pagar siempre la mayor cuota posible para reducir la deuda y los intereses, preferiblemente el 100 % y sino lo más alta que puedas y claro, evita seguir utilizando esa tarjeta, como mínimo, hasta saldar la deuda.
Las tarjetas de débito son las que te permiten pagar con el dinero que tienes en tu cuenta corriente, sin generar ningún tipo de interés ni comisión. Son las más recomendables para controlar tus gastos y evitar endeudarte. Si usas una tarjeta de débito, solo podrás gastar lo que tengas disponible en tu cuenta, lo que te ayudará a ser más responsable con tu dinero.
Los préstamos personales son otra opción para financiar tus compras, siempre que los uses con moderación y responsabilidad. Los préstamos personales suelen tener unos intereses más bajos que las tarjetas revolving y un plazo de devolución fijo y determinado. Además, puedes comparar entre diferentes ofertas y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y capacidad de pago.
Para evitar caer en la trampa de las tarjetas revolving, también es importante que lleves un presupuesto personal que te permita planificar tus ingresos y gastos mensuales. Así podrás saber cuánto dinero puedes gastar cada mes sin pasarte y sin tener que recurrir a las tarjetas de crédito. Un presupuesto familiar te ayudará a ahorrar, a invertir y a alcanzar tus metas financieras.
¿Qué puedes hacer si ya tienes una tarjeta revolving?
Si ya tienes una tarjeta revolving y quieres librarte de ella, tienes dos opciones: cancelarla o reclamarla.
Para cancelar una tarjeta revolving, debes solicitar la anulación del contrato a la entidad bancaria mediante una carta que envíes por correo electrónico o certificado. En la carta debes incluir tus datos personales y los motivos por los que quieres cancelar la tarjeta. Lo ideal es que el banco acepte tu solicitud y te permita cancelar el contrato. Pero en muchos casos, el banco se niega o no responde.
En ese caso, puedes recurrir a la vía judicial y presentar una demanda con ayuda de un abogado especializado en tarjetas revolving. El abogado estudiará tu caso y te asesorará sobre la viabilidad de tu reclamación. Si el interés de tu tarjeta es usurario o si el contrato es abusivo o poco transparente, podrás reclamar la nulidad del contrato y la devolución de los intereses pagados.
El proceso puede durar desde unos meses hasta varios años, dependiendo del caso y del juzgado. Pero si ganas el juicio, podrás recuperar tu dinero y salir de la trampa de la usura.
En resumen…
Las tarjetas revolving son un producto financiero muy peligroso que puede arruinar tu economía personal si no las usas con precaución. Los bancos te las ofrecen como una solución fácil y cómoda para financiar tus compras, pero en realidad te están engañando y cobrando unos intereses abusivos y usurarios que te mantienen endeudado de por vida. Por eso, te recomiendo que evites estas tarjetas y que optes por otras formas de pago más baratas y seguras. Y si ya tienes una tarjeta revolving y quieres reclamar, no dudes en contactar con un abogado experto que te ayude a recuperar tu dinero y a salir de la trampa de la usura.
Espero que este artículo te haya sido útil e interesante. Si te ha gustado, compártelo con tus amigos y familiares para que ellos también sepan qué son las tarjetas revolving y cómo evitarlas. Y si quieres aprender más sobre cómo gestionar tu dinero con inteligencia y responsabilidad, te invito a visitar mi curso sobre tarjetas de crédito y débito, donde te enseñaré todo lo que necesitas saber para usar las tarjetas como herramientas y no como trampas. No te lo pienses más y apúntate ya. ¡Te espero!
Y, pe supuesto, si tienes alguna duda o comentario, déjalo abajo y te responderé lo antes posible. Gracias por leerme y hasta la próxima.