Tipos de Gastos: La Guía Completa para Entender Tus Finanzas Personales

¿Sientes que tu dinero se esfuma más rápido que un fantasma en la noche? ¿Piensas a dónde se va la pasta y tienes la sensación de que tu cartera es una autopista de peaje, pero sin autopista? ¿Te preguntas por qué, a pesar de trabajar duro, no consigues ahorrar ni alcanzar tus metas financieras? Identificar los diferentes tipos de gastos es el primer paso, mi joven padawan.

Y no, no me refiero a que tengas que vivir como un monje ermitaño (a no ser que te mole el rollo zen o lonchafinista, claro).

Si estás leyendo esto, es porque quieres ahorrar, pero no sabes por dónde empezar. Se trata de entender los diferentes tipos de gastos financieros, identificar las fugas de dinero, crear un presupuesto realista, recortar gastos innecesarios, ahorrar más dinero y tomar el control de tus finanzas personales como si fueras un contable (o casi).

Con esta guía completa, te convertirás en un auténtico detective económico, capaz de rastrear hasta el último euro que se te escapa y de optimizar tu presupuesto para que el dinero trabaje para ti, y no al revés. ¿Estás listo para la misión? ¡Pues al lío! ️‍♀️

¿Qué son los Gastos? Su Importancia en la Contabilidad

Antes de meternos en harina, vamos a aclarar un concepto básico: ¿qué son los gastos? Pues, en pocas palabras, son las salidas de dinero que realizas para adquirir bienes o servicios. Es decir, todo aquello en lo que gastas tu pasta: desde el alquiler de tu piso hasta ese café que te tomas cada mañana para “despertar”.

Los gastos en contabilidad, se registran para reflejar el uso de los recursos de una empresa durante un período determinado, pero vamos, son lo contrario de un ingreso. En latinoamérica un gasto es un egreso.

Pero a ti, que eres un financiero de barrio, te dan lo mismo los gastos empresariales y las materias primas, lo que te interesa saber es qué son los gastos y cómo se clasifican para poder controlarlos, reducirlos y optimizar tu presupuesto personal. Aunque lo mismo se aplica a las finanzas de tu negocio, si es que lo tienes.

Y es que, mi joven padawan, si no sabes dónde se te va el dinero, es imposible que puedas ahorrarinvertir y alcanzar tus metas financieras.

Tipos de Gastos: Clasificación para Dominar tu Economía

Para entender tus finanzas personales como un auténtico pro, necesitas saber que los gastos se pueden clasificar de diferentes maneras. Y no, no te voy a soltar un rollo de gastos contables o una definición de los principales tipos de gastos que te deje más dormido que un oso en invierno.

Te lo voy a explicar de forma sencilla y con ejemplos, para que puedas aplicarlo a tu vida diaria. Conocer aquellos gastos prescindibles te va a permitir ahorrar, y mucho, y significa que tienes una buena salud financiera.

1. Gastos Fijos: Esos que Siempre Están Ahí (Aunque no Quieras)

Los gastos fijos son como esa visita inesperada (¿tus suegros?) que se planta en tu casa y no se va ni con agua caliente. Sabes que van a llegar cada mes, sí o sí, y que te van a pegar un buen mordisco a tu presupuesto. Se trata de gastos directos, es decir, que no varían mucho de un mes a otro, como:

  • El alquiler o la hipoteca de tu vivienda.
  • Las facturas de los suministros (luz, agua, gas, internet, teléfono).
  • Los seguros (de vida, del coche, del hogar).
  • Los préstamos (del coche, de los estudios, personales).
  • Las suscripciones (Netflix, Spotify, el gimnasio).
  • Y, por supuesto, los maravillosos impuestos (directos o indirectos).

Y seguro que se te ocurren más “alegrías” que nos da la vida moderna, pero creo que estos suelen ser los principales gastos.

Pero no te preocupes, mi joven padawan, que no todo está perdido. Aunque no puedas eliminarlos por completo (a no ser que te vayas a vivir a una cueva y te alimentes de bayas silvestres), sí puedes reducirlos o al menos controlarlos, para que no te amarguen la existencia (ni la cuenta bancaria).

Aquí te dejo algunos trucos de experto para domar a las fieras de los gastos habituales:

  • Negocia con tus proveedores de productos o servicios: No tengas miedo de llamar a tu compañía de teléfono, internet, luz, gas o seguros y pedirles una rebaja. A veces, con solo preguntar, puedes conseguir mejores tarifas o descuentos. ¡El no ya lo tienes! Ya te conté el caso de mi amigo Marcos en uno de mis emails (si no sabes de qué te hablo deberías hacer mi test gratuito para saber tu nivel de salud financiera) en el que redujimos su factura de telefonía a la mitad eliminando cosas que no usaba.
  • Elimina servicios innecesarios: ¿De verdad necesitas tres plataformas de streaming, ese plan de pensiones que no te desgrava un carajo o ese seguro a todo riesgo para el coche que duerme en el garaje? Sé crítico con tus gastos regulares y elimina todo lo que no te aporte valor o que puedas conseguir a un mejor precio. Recuerda, cada euro que ahorras en gastos fijos es un euro que puedes destinar a tus metas financieras.
  • Compara precios: Antes de contratar cualquier servicio, compara precios entre diferentes proveedores. Internet está lleno de comparadores que te ayudan a encontrar las mejores ofertas.
  • Aprovecha las ofertas y promociones: Muchas empresas ofrecen ofertas puntuales o promociones especiales. Mantente atento y aprovéchalas para ahorrar unos euros.
  • Automatiza los pagos: Configura domiciliaciones bancarias para tus gastos habituales, y olvídate de tener que pagarlos manualmente cada mes. Además, al domiciliar tus pagos, te asegurarás de que se cobran a tiempo y evitarás recargos por demora. Si eres un despistado como yo, esta es la mejor forma de mantener tu economía familiar en orden.  También te recomiendo que automatices tus ahorros, te ayudará mucho.

2. Gastos Variables: Los que Bailan al Ritmo de tu Vida (y de tu Tarjeta)

Los gastos variables son como mi mujer: impredecibles. Un mes te gastas 200 euros en comida, y al siguiente, 500 porque te ha dado por invitar a tus amigos a una barbacoa épica (de esas que acaban con la nevera vacía y el jardín lleno de humo). Es lo que conocemos como gastos operativos, o gastos relacionados con el día a día.

Son aquellos gastos que cambian de un mes a otro. Aquí te dejo solo algunos ejemplos:

  • Alimentación: La compra del súper, las cenas fuera de casa, los caprichos gastronómicos…
  • Transporte: La gasolina, el transporte público, los taxis, los viajes…
  • Ocio: El cine, el teatro, los conciertos, las copas con los amigos…
  • Ropa: Esas camisetas que no necesitas pero que te hacen ojitos desde el escaparate, esos zapatos que te quedan de muerte (y a tu cuenta bancaria también)…
  • Regalos: Los cumpleaños, los aniversarios, las bodas, la Navidad…

Vamos, todo lo que no entra en la categoría de “imprescindible para la supervivencia” (aunque a veces, un buen capricho te salva la vida, que te voy a contar yo).

Controlar los gastos operacionales es como intentar bañar a un gremlin después de darle la cena: una tarea complicada, pero no imposible. La clave está en la planificación, la disciplina y un poco de (mucho) sentido común (ya sabes, el menos común de los sentidos).

Aquí te dejo algunas estrategias para que los gastos variables no te conviertan en un esclavo de tu tarjeta de crédito:

  • Planifica tus compras: Antes de ir al supermercado, haz una lista de la compra y cíñete a ella como si tu vida dependiera de ello. Evita las compras impulsivas y los caprichos innecesarios.
  • Busca ofertas y descuentos: No te conformes con el primer precio que veas. Busca chollos en tus compras habituales y utiliza tarjetas de fidelización (pero sin crear deudas, por favor). Internet está lleno de chollos, solo tienes que saber dónde buscar. Utiliza comparadores de precios, apúntate a las newsletters de tus tiendas favoritas y aprovecha los cupones de descuento.
  • Evita comer fuera de casa con frecuencia: Cocinar en casa es más barato y más sano (a no ser que seas un desastre en la cocina, como yo, claro). Organiza un menú semanal y prepara la comida con antelación.
  • Usa el transporte público o la bicicleta: ¿Necesitas un coche para ir a trabajar o para hacer recados? Pues si no es estrictamente necesario, utiliza el transporte público o la bici y deja el coche en el garaje siempre que puedas. Ahorrarás en gasolina, peajes, aparcamiento y mantenimiento (y de paso, harás algo de ejercicio y contribuirás a salvar el planeta, que nunca viene mal). ¡Dos pájaros de un tiro! Yo antes iba a todas partes en coche, incluso para comprar el pan. Pero un día, me di cuenta de que estaba tirando el dinero (y contaminando el planeta). Ahora, siempre que puedo, voy andando, en bici o en transporte público. Y te aseguro que no solo he ahorrado dinero, sino que también me siento más sano y en forma.
  • Establece un límite mensual para cada categoría: Por ejemplo, si decides que vas a gastar 200 euros al mes en ocio, cíñete a ese límite. No vale pasarse de la raya y luego lamentarse.

3. Gastos Hormiga: Pequeños pero Matones

Los gastos hormiga son como esos bichitos que se cuelan en tu casa sin que te des cuenta y que, poco a poco, te van comiendo la despensa. Son esos pequeños gastos diarios que, de forma individual, parecen insignificantes, pero que si los sumas a final de mes, te darás cuenta de que te han robado una buena pasta.

No es que sean fijos o variables, más bien son problemas del primer mundo. No encajan en esta definición de gastos porque nosotros somos los que los convertimos en eso, un gasto. ¿Ejemplos de gastos hormiga? Pues ahí van unos cuantos:

  • Ese cafecito que te tomas cada mañana para “despertar” (que a veces te cuesta más que un desayuno completo).
  • El snack de media mañana que te “quita el gusanillo” (y te deja el bolsillo vacío).
  • El cigarrito después de comer (que te está matando a ti y a tu cuenta bancaria).
  • Las cervezas con los amigos (que siempre acaban siendo más de las que habías planeado).
  • Las suscripciones a apps que no usas (pero que sigues pagando porque “total, son solo 5 euros al mes”).

¿Te suena alguno? Pues ya sabes, mi joven padawan, que los gastos hormiga son como Alien, el octavo pasajero: si no los controlas, se multiplican y te pueden acabar devorando. Para mantener a raya a estos bichitos financieros, te recomiendo que:

  • Lleves un registro de tus gastos: Apunta en una libreta, una app, en mi plantilla de Notion o una hoja de cálculo (la que más te mole) todos los gastos que haces cada día, por pequeños que sean. Así podrás ver dónde se te va el dinero y dónde puedes recortar.
  • Utiliza una app de control de gastos: Hay muchas apps (Fintonic, Mint, YNAB…) que te ayudan a controlar tus gastos de forma automática. Se conectan con tu banco y categorizan tus gastos, para que puedas ver de un vistazo en qué te estás gastando la pasta.
  • Piensa dos veces antes de gastar: Antes de comprar cualquier cosa, pregúntate si realmente lo necesitas. ¿Te aporta valor? ¿Puedes vivir sin ello? Si la respuesta es no, déjalo en la estantería y guarda tu dinero para algo que realmente te importe.
  • Busca alternativas más económicas: ¿Te gusta tomarte un café cada mañana? Pues prepáralo en casa y llévatelo en un termo. ¿Necesitas un snack para media mañana? Pues cómpralo en el supermercado en lugar de en la máquina de vending. Hay mil formas de ahorrar dinero sin renunciar a tus pequeños placeres.

Y si quieres aprender a eliminar los gastos hormiga como un auténtico ninja de la gestión de gastos, no te pierdas esta clase de mi curso de ahorro: ➡️ ⚠️ Los Gastos Hormiga te roban el dinero, ¿Qué son y cómo eliminarlos para ahorrar? ⚠️

4. Gastos Fantasma: Los que te Roban sin que te Des Cuenta

¿Qué son los Gastos Fantasma y por qué son Tan Peligrosos? Los gastos fantasma son como esos espíritus que se pasean por tu casa sin que los veas a lo Paranormal Activity, pero que te van dejando la nevera vacía y la factura de la luz por las nubes.

Son esos gastos que haces sin darte cuenta, en servicios o productos que no usas o que podrías obtener de forma gratuita (o al menos, más barata), pero que siguen ahí, comiéndose tu dinero como si fueran fantasmas hambrientos. Suelen ser servicios o suscripciones que contratas y que luego no usas, que mantienes “para cuando lo necesites” o que se te olvida cancelar.

Son como las suscripciones a la revista que ya no lees, o al gimnasio que no pisas, o a plataformas de series de TV que tienen más polvo que un desván. O como ese software que has pagado una cuota anual para usarlo una sola vez o como un seguro que tienes contratado y que ya no te hace falta.

Estos gastos pueden parecer insignificantes de forma individual, pero si los sumas a final de mes, te sorprenderás del pastón que te estás gastando en cosas que no te aportan nada. Es como si estuvieras dejando un grifo abierto, sin darte cuenta de que estás tirando agua (y dinero) por el desagüe.

¿Ejemplos? Ahí van unos cuantos:

  • Suscripciones que no usas: ¿Te has apuntado a Netflix, HBO, Disney+, Amazon Prime, Spotify, el gimnasio, una revista… y al final no tienes tiempo para disfrutar de todo? Revisa tus suscripciones con lupa y cancela las que no uses o no te aporten valor o prueba esta opción para no privarte de ninguna. Pero no solo te hablo de streaming, busca tambien de música, podcasts, revistas o periódicos que no usas.
  • Cuotas de gimnasio que no aprovechas: Si eres de los que se apunta al gimnasio con la mejor de las intenciones, pero luego solo va dos veces al mes (o ni eso), cancela la suscripción y ponte a hacer ejercicio en casa o al aire libre. Una vez más no te limites a gimnsios, busca también de clubes sociales o asociaciones que no te aportan valor. Tu cuerpo (y tu bolsillo) te lo agradecerán.
  • Servicios bancarios con comisiones: ¿Tu banco te cobra comisiones por mantenimiento, transferencias o por usar la tarjeta? ¡Huye como de la peste! Hay muchos bancos online que no cobran comisiones y que te ofrecen mejores condiciones. Revisa también los que te cobran por servicios que no necesitas (o por operaciones que podrías hacer gratis en otra entidad financiera).
  • Software que has pagado de forma anual, pero que ya no necesitas o tienes que usar una vez al año.
  • Aplicaciones en el móvil que te cobran cada mes y que ya ni utilizas. Y no hablo solo de juegos.
  • Seguros que ya no te hacen falta o que has duplicado (y si tuvieras que usarlos, te van a poner pegas igual).

Para exorcizar a los fantasmas de tu presupuesto, sigue estos consejos:

  • Revisa tus suscripciones cada mes: Y cancela las que no uses o no te convengan. No tengas miedo de dar de baja ese servicio que te prometió la luna, pero que al final te está costando un dineral bastante mas terrenal.
  • Negocia con tu banco: Si te cobran comisiones, llama a tu banco y pide que te las quiten. Si no te hacen caso, cambia de banco. Hay mucha competencia y seguro que encuentras una entidad que te trate mejor.
  • Compara precios y busca alternativas: Antes de contratar cualquier servicio, compara precios y busca alternativas más económicas. ¿Necesitas una plataforma de streaming? Pues a lo mejor te compensa compartir una cuenta con un amigo o familiar. ¿Quieres ir al gimnasio? Pues busca uno que tenga una tarifa plana o que te permita pagar por días sueltos. Hay mil formas de ahorrar dinero si te lo propones.

5. Gastos Vampiro: Los que te Chupan la Sangre ‍♂️

Los gastos vampiro son como esos amigos que te llaman para salir de fiesta, te invitan a una ronda de chupitos y te dejan sin un duro (y con una resaca monumental). Son esos gastos que haces de forma impulsiva, sin planificar, y que normalmente no necesitas o puedes prescindir de ellos.

Esos caprichos innecesarios que te compras en un momento de debilidad, esas cenas fuera de casa que te cuestan un riñón y que van minando tus finanzas sin que te des cuenta, la suscripción a ese curso que nunca acabas, los libros o los videojuegos que acumulan polvo en la estantería, etc.

Los gastos vampiro pueden ser muy variados y muchas veces pueden ser cosas que sí necesitas, o que te hacen feliz. La clave está en saber si esos gastos te están aportando algo o si simplemente te están quitando dinero de forma vampírica.

¿Ejemplos de gastos vampiro? Aquí van unos cuantos:

  • Compras compulsivas: ¿Te has comprado alguna vez un jersey que no necesitabas solo porque estaba rebajado? ¿O te has gastado un dineral en un capricho sin pensar en las consecuencias? Las compras impulsivas y caprichos innecesarios (ropa, electrónica, etc.) son como los vampiros: te seducen con su encanto, pero luego te dejan la cuenta bancaria temblando.
  • Cenas fuera de casa sin planificar: Salir a cenar de vez en cuando está genial, pero si lo haces con demasiada frecuencia (o pides comida a domicilio todos los días), tu presupuesto se puede resentir. Planifica tus comidas con antelación y evita las cenas fuera de casa que no sean especiales o que no estén presupuestadas.
  • Gastos en vicios: El tabaco, el alcohol o las drogas no solo son perjudiciales para tu salud, sino también para tu bolsillo. Si tienes alguno de estos vicios, trata de reducirlo o eliminarlo. Tu cuerpo (y tu cuenta bancaria) te lo agradecerán.
  • Las apuestas y los juegos de azar: ¿Te suena eso de “hoy me siento con suerte”? Pues cuidado, mi joven padawan, que la suerte es como una amante caprichosa: a veces te sonríe, pero la mayoría de las veces, te deja con el corazón roto (y la cartera vacía). Si te gusta jugar a la lotería o juegos de azar, al casino o a las apuestas deportivas, hazlo con moderación y con un presupuesto definido. Ya te conté por qué no debes jugar a la lotería hasta que dejes de necesitar ganar la lotería. No te dejes llevar por la emoción del momento, que luego vienen los lloros.

Para evitar que los gastos vampiro te dejen más seco que una pasa, sigue estos consejos de experto:

  • Planifica tus compras: No compres nada por impulso. Antes de sacar la tarjeta de crédito, pregúntate si realmente lo necesitas, si te aporta valor y si puedes pagarlo sin endeudarte.
  • Establece un presupuesto realista: Define tus ingresos y gastos de forma detallada y determina cuánto dinero puedes gastar en cada categoría (ocio, ropa, caprichos…) y cíñete a él como si fuera la Biblia. Es como si te pusieras unas gafas para ver dónde te estás equivocando y qué puedes mejorar. El presupuesto es tu mapa del tesoro para alcanzar la libertad financiera. En este artículo te explico cómo crear un presupuesto realista que funcione.
  • Evita las tentaciones: Si sabes que eres débil ante las rebajas o las ofertas, evita ir de compras cuando no lo necesites. Y si ves algo que te tienta, aplícate la regla de las 24 horas: espera un día antes de comprarlo. Si al día siguiente sigues queriéndolo (y puedes permitírtelo), adelante. Si no, te habrás ahorrado un disgusto (y un agujero en tu bolsillo).
  • Busca alternativas más económicas (parte II): ¿Te gusta salir a cenar? Pues busca restaurantes con menús del día o aprovecha las ofertas de Groupon o To Good To Go. ¿Te gusta ir al cine? Pues ve a las sesiones matinales o aprovecha los días del espectador. ¿Te gusta viajar? Pues busca vuelos low cost o viaja en temporada baja. Hay mil formas de disfrutar de la vida sin gastar un dineral.

Si aún tienes estos productos, quizá sea buen momento para venderlo en Wallapop, Vinted o similares.

¿Por qué son tan Peligrosos los Gastos Hormiga Fantasma y Vampiro?

Los gastos hormiga, fantasma y vampiro son como los ladrones de guante blanco: actúan con sigilo, aprovechándose de tu despiste y, si los dejas campar a sus anchas, terminarán por dejar tu cuenta bancaria más seca que el ojo de un tuerto.

En el caso de los gastos fantasma, no te das cuenta de que están ahí hasta que ves el extracto del banco o te llega la factura. Dejan un rastro de cargos recurrentes que se acumulan, y pueden estar absorbiendo parte de tus ahorros sin que tú sepas por qué.

Por otro lado, los gastos hormiga y vampiro te desangran poco a poco, aprovechándose de tus impulsos y de tus momentos de debilidad. Te prometen felicidad inmediata, pero luego te dejan con una resaca financiera que te dura todo el mes.

Son los que te impiden ahorrar, alcanzar tus metas financieras y vivir con tranquilidad. Son los culpables de que tu dinero vuele como el viento y que, cuando te quieres dar cuenta, te preguntes: “¿dónde demonios se ha ido mi dinero?”.

Estrategias Ninja para Identificar y Eliminar todos los Tipos de Gastos

En cada uno de ellos te he dado algunas técnicas concretas para ese tipo de gastos, por lo que no me voy a repetir. Aquí tienes los trucos que yo utilizo para cazar a estos ladrones financieros y convertirlos en un recuerdo del pasado (o en dinero en tu bolsillo):

  1. Revisa tus cuentas bancarias y de tarjeta: Analiza todos los movimientos de los últimos meses (al menos tres) y anota todos los gastos recurrentes o que parezcan sospechosos (aunque en principio te parezcan correctos, verifica que los necesitas). Si utilizas mi plantilla de Notion ya tienes la mitad del trabajo hecho. De verdad, te recomiendo que le eches un vistazo, no solo para esto, sino para todo lo demás.
  2. Cancela las suscripciones que no uses: No te dejes seducir por el canto de las sirenas de los servicios online. Si no lo usas, ¡cáncelalo! Y si lo usas, piensa si realmente te aporta valor (y si no lo puedes conseguir por otro lado). Ya sabes, a veces, lo barato sale caro.
  3. Evita las compras por impulso: ¿Ves algo que te llama la atención? Pues respira hondo, espera 24 horas y pregúntate si realmente lo necesitas. Si la respuesta es “no”, ¡ahorrarás dinero y remordimientos! Yo utilizo la regla de las 24 horas y te aseguro que me ha salvado de muchos deslices.
  4. Prepara tu comida en casa: Comer fuera de casa es caro y, a menudo, poco saludable. Si cocinas en casa y te llevas el tupper al trabajo, ahorrarás un montón de dinero (y te sentirás como un auténtico chef).
  5. Deja de fumar, beber alcohol o apostar: Lo mismo que en el punto anterior, estos hábitos son muy caros. No solo dañan tu salud física, sino que te roban el dinero de forma silenciosa y constante.
  6. Paga en efectivo (si puedes): Para algunas categorías de gasto, como el café de la mañana o las compras del súper, utiliza efectivo. Cuando ves el dinero en tu mano, eres más consciente de lo que estás gastando (y te lo piensas dos veces antes de gastar a lo loco).
  7. Revisa tu presupuesto cada mes: Ajusta tus gastos según tus necesidades y prioridades. Si ves que te estás pasando en alguna categoría, ¡recorta gastos sin piedad!

Cómo detectar estos gastos

Lo primero es analizando la situación. Ya sabes que muchas veces, por no mirar detenidamente, no nos damos cuenta de estos pequeños gastos. Por eso siempre te digo que hay que tomar conciencia y hay que tomar medidas. Tenemos primero que saber qué es lo que nos falla, detectarlo y luego, ponerle solución.

Tenemos que detectarlos analizando nuestros gastos durante un periodo lo suficientemente amplio para detectar todas estas partidas, por pequeñas que sean y luego, tenemos que tomar una determinación de sí nos interesa seguir con ellos y por qué.

Porque a lo mejor dices: “es que ese café que me tomo por las mañanas, me interesa”. Bueno, pues te lo tomas. Pero a lo mejor estás cogiendo un taxi porque sales todos los días tarde de casa y a lo mejor te interesa levantarte un poco antes e ir en transporte público.

Así puedes detectar y determinar si esa partida te interesa o no. En el caso de que te interese, pues continúas con ella obviamente, pero siendo consciente de que esa partida está ahí.

La Batalla Final: ¡Recupera el Control de tu Dinero!

Eliminar los gastos hormiga, fantasma y vampiro no es una tarea fácil y si hablamos de los gastos fijos y variables, pues tres cuartos de los mismo. Es una batalla que hay que luchar cada día. Pero no te desanimes, que con constancia, disciplina y las estrategias adecuadas, puedes salir victorioso y construir un futuro financiero próspero.

Y es que estos gastos, si no los controlas, pueden acabar desangrando tu economía personal. Pero al final de esta batalla, te aseguro que vas a ganar más que dinero: vas a ganar libertad y tranquilidad. ¿Te atreves a empezar?

En resumen…

¿A dónde demonios se va tu dinero? Pues ya lo sabes, mi joven padawan: se lo comen los gastos y debes empezar a tomar conciencia de ellos, controlar tus hábitos de gasto, y ser más inteligente a la hora de consumir. Pero no te preocupes, que ahora ya conoces al enemigo, los gastos fijos y variables, los vampiro, fantasma o gastos hormiga.

Y como decía Sun Tzu en “El arte de la guerra”, “si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas”. Conocer y controlar los diferentes tipos de gastos es la base de una buena gestión financiera.

Si aplicas los consejos de este artículo, podrás ahorrar más dinero, alcanzar tus metas financieras y vivir la vida que te mereces. Recuerda, tú tienes el poder para cambiar tu situación financiera, ¡no dejes que nada ni nadie te detenga!

Y no olvides lo que te decía hace unos días sobre que los ricos compran activos que son los que pagan sus pasivos (sus gastos, en lengua vernácula, para que me entiendas). Mucho más inteligente, ¿verdad? Primero generamos los flujos y luego, nos damos los lujos.

¿A qué esperas para convertirte en un maestro Jedi de la gestión de los gastos? Te permitirá ahorrar dinero, invertir con cabeza, alcanzar tus metas financieras y vivir con más tranquilidad y libertad.

Así que, identifica tus fugas de dinero, aplica los consejos que te he dado y empieza a ahorrar para construir el futuro financiero que te mereces. No esperes más para empezar a analizar tus gastos. ¡Cuanto antes tomes el control, mejor!

¿Y tú, qué trucos usas para eliminar los gastos? ¡Comparte tus experiencias en los comentarios!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio