Cuando hablamos de conseguir la tan ansiada libertad financiera, tenemos que incorporar buenos hábitos para intentar que nuestro dinero y nuestro esfuerzo nos ayuden en esta línea.
Y para hablar de independencia económica, primero debemos definirla. Escribir un post hace tiempo en el que lo explicó con detalle. Puedes verlo pinchando aquí. Pero, a modo de resumen, sería el estado global en que cada uno se sienta cómodo. Para algunos podría ser no tener deudas y generar los ingresos necesarios para vivir tranquilo. Para otros puede ser no depender de una única fuente de ingresos o de un jefe o de una empresa o de un pagador en particular.
De cualquier forma, independientemente de cuál sea nuestra meta soñada, necesitaremos un flujo de dinero creciente y constante. A ser posible de distintas fuentes de ingresos.
Las compras inteligentes y los gastos
Lo primero que necesitamos para invertir, es decir, poner a trabajar a nuestro dinero por nosotros en lugar de trabajar nosotros por dinero, será aprender a tener un buen control de nuestros gastos. También te hable de ello en este artículo, puedes leerlo pinchando aquí. Pero vamos a profundizar un poco más sobre ello.
Todos tenemos necesidades que satisfacer. Para ello compramos productos y contratamos servicios. Algunos serán para cubrir nuestras necesidades primarias. Otros no tanto. De hecho, muchos irán destinados a nuestra diversión, nuestro ocio, nuestra salud, nuestra comodidad, nuestra belleza, etcétera.
Tenemos que ser conscientes de que, a diario, somos víctimas de publicidad, tanto directa como subliminal, que pretende crear una necesidad en nuestro subconsciente. Una necesidad que, posiblemente, no tengamos en ese momento o incluso que sea superficial o innecesaria. No es que sea malo, es la realidad. Solamente tenemos que ser conscientes de ello a la hora de tomar nuestras decisiones.
La publicidad subliminal o inducida, en primer lugar, nos atrae y nos crea una necesidad. Más tarde conseguiremos la solución a este problema comprando un producto o servicio determinado.
Ser racional con las compras
Como habrás visto en el artículo que te comentaba más arriba, hay que ser conscientes de nuestros gastos. Si fuéramos marineros, ¿qué crees que sería más importante? ¿Tapar una vía de agua o tensar bien las velas? Los gastos son las fugas de agua de nuestra economía. Si queremos ser libres financieramente tenemos que empezar a tener un control de nuestros gastos.
Si no, siempre vamos a tener un exceso de determinados servicios o productos. Y esto podría ser nuestra ruina. Si ingresamos 1.000 y gastamos 1.000, jamás obtendremos la libertad financiera. Pero es que nuestra sociedad está preparada para que ganemos 1.000 y gastamos 1.100. De esta forma siempre estaremos gastando más de lo que podamos pagar.
Entraríamos en la carrera de la rata. Necesitaremos trabajar o ganar más dinero solamente para pagar gastos por necesidades banales o superfluas. Un sistema bien montado de servicios financieros y de crédito.
Al final, acabamos siendo esclavos de los bancos y demás entidades financieras. De esta forma tan simple acabamos trabajando para ellos gran parte de nuestra vida.
Consejos al comprar
Te voy a dar dos consejos a la hora de realizar cualquier compra. antes de comprar cualquier producto o servicio tenemos que analizar si realmente lo necesitamos. Podemos ser víctimas de alguna artimaña publicitaria que haya creado una necesidad irreal. Hay que dedicar especial atención a las compras por Internet.
Sentimiento de Urgencia y Compra impulsiva
El segundo consejo se aplica a cualquier compra que nos suponga más de 200 €. Antes de adquirir cualquier producto o servicio por encima de este valor, deja pasar 24 horas. Muchas veces pensaremos que si dejamos pasar estas 24 horas al final perderemos el servicio o producto. No te preocupes, no es cierto. Es parte de esa publicidad. Es lo que se llama sentimiento de urgencia.
Tú descuida, que si mañana vuelves a la tienda para comprarte ese abrigo de 200 € y no está tu talla, removerán Roma con Santiago para conseguírtelo. Y si no, a lo mejor es que no tenías que comprarlo después de todo.
Te aseguro que, muchas veces, simplemente dejando pasar estas 24 horas, me he dado cuenta de que realmente no necesitaba un producto o servicio. Sólo con este hábito de dejar pasar estas 24 horas he ahorrado muchísimo dinero.
Para ser racional a la hora de comprar debemos hacernos estas preguntas:
- ¿Realmente necesito este producto o servicio?
- ¿Realmente voy a usar lo que voy a comprar?
- ¿Cuándo y cómo voy hacerlo?
- ¿Puedo cubrir esta necesidad con algo que ya tenga o que sea más barato?
- ¿Es de calidad?
- ¿Estoy comprando sólo porque está de oferta o rebajas?
Con todos estos pasos, lo que estamos haciendo es eliminar la llamada compra de impulso. Evitaremos la compra impulsiva aplazando la compra lo máximo posible. Como sé que al principio te costará, por eso te digo simplemente 24 horas.
Si al pasar este plazo la necesidad continua, estamos ante un buen indicador de que puede ser una necesidad real y no sólo creada por la publicidad. El siguiente paso sería hacer una búsqueda comparativa de productos o servicios similares. También deberíamos buscar opiniones de clientes y usuarios y testimonios sobre el producto o servicio en cuestión.
Compras de alto Valor
Cuando queramos comprar algo muy caro, o que no sea una primera necesidad, como por ejemplo un regalo para nosotros mismos, es decir, un lujo, también deberíamos aplazarlo todo lo posible. De esta forma nos daremos cuenta si realmente hemos hecho méritos suficientes o nos merecemos aquello que queremos regalarnos.
Lo ideal sería ponernos una meta un poco más alta y que suponga más placer. Así nos forzamos a nosotros mismos a ganarnos aquello que queremos comprar, y de paso, podemos obtener la versión Premium por así decir.
Una vez adquirido el producto servicio, debemos tomarnos el tiempo para sacarle el máximo provecho. Además, hay factores que pueden aumentar el tiempo de uso. El primero es usarlo correctamente, para lo que debemos ver las indicaciones del fabricante, el manual de instrucciones, etcétera. El otro sería conocer exactamente cómo funciona la garantía del producto o servicio. Guardar el comprobante de pago o factura el tiempo necesario nos ahorrará disgustos si tenemos que hacer uso de esta garantía y no la encontramos.
Y tú ¿Tienes algún otro truco? ¿Se te ocurren otras formas para controlar los gastos y evitar deudas? Cuéntanoslo en los comentarios
Que bueno descubrir este blog, debo confesar que a veces me emociono comprando pero nunca llegando al extremo.
Estos consejos me viene muy bien.
Saludos.
Hola Alexandra,
Gracias por comentar y me alegro que te sea útil.
Salu2