¿Has ido a comprar un móvil y te han ofrecido un seguro por si se te cae? ¿Has reservado un vuelo y te han intentado colar un seguro por si te abduce un ovni in itinere? Bienvenido al negocio del miedo. Un sector multimillonario que se alimenta de una de nuestras emociones más primarias para vendernos «tranquilidad» en cómodas cuotas.
De esto saben mucho nuestros amados políticos (del color o país que sean). Te venden protección para todo. Pronto en el Carrefour te ofrecerán un seguro por si los yogures se cortan de camino a casa. Pero, ¿qué seguros contratar? ¿Cuáles son realmente necesarios y cuáles son un timo para sacarte la pasta al firmar tu póliza?
Como dicen los físicos, entremos en materia. Te voy a enseñar a diferenciar el grano de la paja, a usar tu cabeza y, sobre todo, tu TranquiCuenta, para que solo pagues por lo que de verdad importa a la hora de contratar un seguro.
Seguros Imprescindibles (Los que te salvan el culo de verdad)
Aquí, la discusión es mínima, ya que hablamos del seguro obligatorio. Para tu tranquilidad y cumplimiento legal, estos son los que no puedes pasar por alto.
- Seguro de Coche (a terceros, como mínimo): Esto no es una opción, es una obligación legal. Un despiste tonto puede provocar un accidente que cause daños a otra persona por valor de decenas de miles de euros. Si no tienes seguro, esa deuda te perseguirá de por vida. Tener más cobertura como asistencia en viaje es algo a considerar. Ahora bien, otra cosa es que quieras un todo riesgo. Mi recomendación es que, a partir de los 8 o 10 años, tener un seguro a todo riesgo para un coche es tan útil como el limpiaparabrisas de un submarino: te costará una pasta y no te servirá de mucho cuando de verdad lo necesites, ya que el valor venal del coche será una miseria.
- Seguro del Hogar: Si tienes una hipoteca, es una obligación con el banco (pero solo en caso de incendio, y no tienes por qué contratar el seguro con ellos). Si no tienes hipoteca, no es una obligación legal, pero sí de un sentido común brutal. Un incendio, una inundación o un robo pueden destruir de un plumazo tu mayor patrimonio si te toca a ti cubrir los daños materiales o, peor aún, personales. Es el blindaje de tu castillo.
Y ojo, que el seguro que te impone el banco suele cubrir solo el continente (las paredes, el techo…). Asegúrate de proteger también el contenido (tus muebles, tu ropa, tus cosas) y la responsabilidad civil. Que si la lías parda y provocas un siniestro (una inundación al vecino de abajo, por poner un ejemplo), la posible indemnización la pagas tú.
Ahora bien, que sean imprescindibles no significa que tengas que regalarles tu dinero y firmar un cheque en blanco cada año. La estrategia para meterle un hachazo a la prima es la misma para ambos: ser infiel a tu compañía, comparar seguros como si no hubiera un mañana y usar la franquicia con cabeza si tu salud financiera te lo permite. Te lo destripo todo, con pelos y señales, en esta guía para renegociar tu seguro y ahorrar con la franquicia.
Seguros Inteligentes (Los que te dejan dormir como un lirón)
Estos no son obligatorios, pero son una decisión inteligente si tus circunstancias lo requieren. No son para todos, pero para algunos, son la auténtica salud.
- Seguro de Vida: El banco o la financiera te lo «colocan» con la hipoteca para asegurarse el cobro, y a menudo te lo «venden» con una mejora en las condiciones del préstamo. Pero que sepas que no tienes por qué contratarlo con su aseguradora (tampoco). Ahora bien, ¿lo necesitas? Si tienes personas que dependen económicamente de ti (hijos, pareja con menos ingresos o sin ellos), es un acto de responsabilidad para no dejarles un marrón monumental. Pero si vives solo y no tienes a nadie a tu cargo, es un seguro absurdo (quizá salvo en el caso de invalidez). ¿Para quién es? Para el banco. Punto. Un negocio redondo para ellos, un gasto inútil para ti. Pero ojo, este seguro si lo necesitas, no es una foto fija. La cantidad que tienes que asegurar no es la misma si debes 200.000 € de hipoteca que si solo te quedan 10.000 €. No es lo mismo con hijos pequeños que con hijos ya independizados. ¿Tu pareja curra y tiene sus propios ingresos? Todo eso influye. El capital asegurado (y por tanto, la prima que pagas) debe revisarse y adaptarse a tu situación vital. Lo normal es cada vez necesitar menos, no seguir pagando lo mismo de por vida.
- Seguro de Salud: Pensemos en el seguro de salud privado como el Pase Correcaminos de la Warner o el Fast Pass de PortAventura. Te sirve para saltarte la cola. ¿Una resonancia magnética que por la pública tarda 6 meses? Con el privado la tienes en una semana. ¿El especialista para el que necesitas cita? Lo mismo. Aquí te cuento algo desde dentro, desde mi experiencia en una UVI móvil del SUMMA: los grandes especialistas suelen trabajar en ambos sistemas. La sanidad privada puede tener medios más «premium» (habitaciones individuales, máquinas más nuevas…), pero cuando la cosa se pone fea de verdad, cuando el marrón es de los gordos… he ido a buscar pacientes a hospitales privados para llevarlos a la pública. Así que, piénsalo: es un pase «business» para lo cotidiano, pero para las turbulencias serias, puede que acabes volando en turista como todos. ¿Te interesa? Depende de ti. En países como Estados Unidos, donde la sanidad es un negocio puro y duro, la película es completamente diferente.
Seguros Prescindibles (o para eso tienes tu TranquiCuenta, figura)
Aquí es donde entra en juego la verdadera inteligencia financiera. El propósito de tener un colchón de seguridad es, precisamente, poder auto-asegurar los pequeños y medianos riesgos sin tener que pagarle una prima a nadie.
¿Por qué la mayoría de la gente pica con estos seguros? Porque no tienen un puñetero euro ahorrado y un gasto de 300 € les provoca un infarto. Pero tú no eres como la mayoría. Tú tienes tu Cuenta de Imprevistos y tu Colchón de Tranquilidad.
- Seguro para el móvil o la tablet: Con un Android, es absurdo. Te sale más caro el collar que el perro. ¿Se te rompe? Con tu cuenta de imprevistos te compras otro. ¿Y el AppleCare? Aquí la cosa cambia. Las reparaciones en Apple cuestan como si fuera sangre de unicornio virgen de pasto. AppleCare+ es como pagar por dormir tranquilo. Si eres de los que se rayan si el iPhone cae al suelo, págalo. Pero si te la suda un rayón o eres de los que exprime el móvil 4 años sin carcasa, ahórratelo y guarda ese dinero para un futuro recambio. Para un iPhone o un iPad, tu cuenta de imprevistos podría ser suficiente si el incidente es menor, pero para reparaciones serias como una pantalla rota o un daño por líquido, la factura es un hachazo. Y para un MacBook Pro de 3.000 pavos, el AppleCare+ funciona como un seguro con una franquicia muy razonable. Puede ser una opción «inteligente» para evitar que un siniestro tonto te haga un roto importante en tu cuenta de imprevistos, mientras que la franquicia es un gasto mucho más asumible para cubrir daños accidentales que la garantía normal no cubre. Es un caso donde la prevención con un «seguro» te salva de una catástrofe mayor.
- Seguro para electrodomésticos: ¿Un seguro para la lavadora que te cuesta 60 € al año? ¿Estamos locos? Ahorra ese dinero y, cuando se rompa en 8 años, con lo que has ahorrado te compras una nueva. Para eso está tu ahorro a largo plazo sin fecha (no confundir con el fondo de emergencias).
Seguros Absurdos (Los que te venden los Vendehúmos de Guardia)
Estos ya son el nivel pro del negocio del miedo. Son un insulto a la inteligencia y una forma descarada de sacarte la pasta. Pero como el miedo es libre (y la inercia también) los cuelan a más gente de la que imaginas (y por eso cada vez hay más).
- Garantías extendidas para pequeños aparatos: ¿Pagar 20 € más por una garantía de 5 años para una tostadora de 30 €? ¡Venga ya!
- Seguro de cancelación de entradas para un concierto: Si no puedes ir, las revendes o se las regalas a un amigo al que harás feliz esa noche. Y si no, pues has perdido 50 €, no te vas a morir por ello.
- Microseguros en compras online: Esos que te ofrecen por 1,99 € al comprar unos zapatos por si te llegan con un rasguño. Las tiendas online serias ya tienen políticas de devolución. Es un timo en toda regla.
Un Seguro para cada Miedo (El Catálogo es Infinito)
El catálogo del miedo no para de crecer. Aquí tienes otros tipos de seguro de los que ya hablaremos en detalle, para que veas que la creatividad de las entidades aseguradoras no tiene límites:
- Seguro de Viaje: Dentro de la UE, la Tarjeta Sanitaria Europea ya te da una base, pero fuera, la cosa se pone seria. Un seguro de viaje te cubre desde el despiste de la maleta hasta la factura del hospital que te deja sin riñones.
- Seguro de Salud para Viajes: Es una versión más localizada que el anterior y la mayoría de las veces más interesantes. Si viajas este si le deberías considerar.
- Seguro de Desempleo (o de protección de pagos): El que te vende el banco con la hipoteca para que, si te vas al paro, ellos sigan cobrando. Una póliza con condiciones para que te cubra suelen ser más difíciles que descifrar los jeroglíficos egipcios con los ojos cerrados y las manos atadas a la espalda.
- Seguro de Decesos: El famoso seguro de «los muertos». Paga el funeral para no dejarle el marrón a la familia. ¿Es mejor que ahorrar ese dinero y dejarlo apartado para tal fin? Es muy debatible. Si vives solo, una vez más, piénsatelo bien. ¿Te va a hacer falta a ti?
- Seguro de Dependencia: Para cubrir los gastos si un día necesitas ayuda hasta para atarte los zapatos. Un seguro que te vende la tranquilidad de no ser una carga, pero que compite directamente con tener un buen patrimonio y ahorros.
- Productos de Vida-Ahorro: Son muy variados que alguna compañía ofrece como una forma de inversión más segura (como hilan ¿eh?) y que tuvieron su momento de gloría. De algunos te he hablado aquí como pueden ser los Pías, los Unit Linked y algunos fondos de pensiones (ojo, no planes de pensiones, fondos).
- Seguro para Mascotas: Tu perro o gato es parte de la familia, pero ¿compensa pagar una prima mensual? Haz números, a lo mejor te sale más a cuenta tener un «fondo de imprevistos» para él.
- Seguro de Responsabilidad Civil: Si eres autónomo o tienes un negocio donde puedas liar alguna, este sí que puede ser interesante o incluso imprescindible. Te cubre las espaldas si por tu actividad profesional le causas un perjuicio a un tercero.
- Defensa Jurídica: Los principales seguros suelen incluir la asistencia jurídica en los seguros de hogar (generalmente, no en los planes más básicos) y en el de coche y moto una variante para defensa de multas. Si lo incluyen, miel sobre hojuelas, si no es el caso te tocará buscar una compañía aseguradora para este seguro concreto. No te será difícil, descuida. Son como hongos.
- Seguros AdHoc: Pues sí, como estas leyendo, coberturas adaptadas a lo que te salga de las narices. Si no existe un seguro para lo que quieres asegurar, las principales compañías de seguros se van a adaptar a tus caprichos y asegurar cualquier cosa obviamente a cambio de una prima también a medida. Y cuando digo cualquier cosa me refiero a cualquier cosa, hasta partes de tu cuerpo a las que tengas mucho cariño.
En resumen… Tu Mejor Seguro eres Tú (y tu TranquiCuenta)
Como ves, el mundo de los seguros es una jungla. Te intentan asustar para que pagues por protegerte de todo, desde un meteorito hasta una uña rota. Pero la realidad es que tu mejor seguro, tu primera y más potente línea de defensa, es una salud financiera de hierro y una buena TranquiCuenta.
Usa los seguros con cabeza: para protegerte de las grandes catástrofes que podrían arruinarte la vida. Siempre debes tener en cuenta tu situación personal y elegir la cobertura que mejor se adapte a ti. Un seguro a terceros para tu vehículo, por ejemplo, no es una opción, es una obligación. Para todo lo demás, confía en tu planificación y en tu colchón.
Antes de contratar cualquier póliza, usa un comparador de seguros online para encontrar el mejor precio. Deja de alimentar el negocio del miedo y empieza a construir tu propia fortaleza financiera.