De sobra sabes ya si me lees habitualmente, que no soy muy amigo de los préstamos rápidos. Sin embargo, uno de los motivos por los que cree este blog, es porque no siempre viví en la situación en la que estoy ahora mismo. El motivo que me movió a aumentar mi inteligencia financiera y a mejorar la información económica fueron precisamente las deudas. Y no hablo de pocas.
Tuve dos bancarrotas y no de pocos miles de euros y, por desgracia, se lo que es no tener para comer y he sido «cuencoarrocista» durante una temporada, se lo que es que te corten la luz o el teléfono. Especialmente en la segunda, tuve que pedir varios préstamos y tarjetas de crédito. Sé lo que es estar desesperado y aceptar un interés abusivo, rozando la usura (o pasándola de largo), por no tener a quien más recurrir.
Ninguno estamos exentos de deudas, o al menos de la posibilidad de tenerlas, y es que la formación financiera que tenemos, ya sea impartida por la escuela, o por modelar o haber adquirido nuestra forma de interactuar con el dinero de familiares o amigos cercanos, dista mucho de ser la ideal.
Esto hace que hagamos lo que hace principalmente la clase media, comprar pasivos, que nos generan más deuda en lugar de comprar activos. Ahora sabemos que es un error, pero si estás necesitado, todo esto no te ayuda. Llega un momento en el que estamos ahogados y necesitamos dinero, liquidez, y generalmente de manera inmediata.
Para evitar estas situaciones a lo largo del blog tienes varios consejos y hábitos que te permitirán disponer de este capital en caso de que lo necesites sin necesidad de recurrir a un tercero. Por este motivo, si esta es tu situación, te recomiendo que eches un vistazo al blog, pero hoy vamos hablar de la situación opuesta. Cuando necesitamos ese dinero y no tenemos nuestro colchón de tranquilidad.
Que préstamo rápido elegir
Los préstamos rápidos son siempre la solución que primero se nos viene a la cabeza. Suele ser una forma sencilla de conseguir dinero, pero tenemos que tener cuidado con las condiciones de estos préstamos. Podríamos tirarnos horas investigando sobre los distintos préstamos y las distintas empresas que ofrecen estos préstamos rápidos, pero ya sabes que no soy amigo de perder el tiempo.
Es por eso que siempre te recomiendo utilizar comparadores como por ejemplo https://www.dineritoahora.es/prestamos-rapidos/, y otros servicios que comparan estas condiciones por nosotros y nos los muestran de forma clara y sencilla para poder tomar la decisión adecuada. De esta forma, en caso de necesitar este dinero, podemos recurrir a uno de estos créditos sin hipotecar nuestra vida en los próximos meses o años.
Y así, todo ese tiempo que ahorramos lo podemos dedicar a generar nuevos ingresos para hacer frente a esta deuda mala y quitarnos estos préstamos rápidos lo antes posible, y empezar a encauzar nuestras finanzas personales hacia los hábitos que realmente nos interesan para no volver a necesitar uno de estos créditos de consumo.
Sin embargo, no debes sentirte culpable por ser uno de tantos que necesita recurrir a estos créditos rápidos, simplemente a partir de ahora aumenta tu inteligencia financiera y pregúntate que tienes que hacer para no volver a necesitar estos servicios. Si buscas en este blog encontrarás todo lo que necesitas para evitar que estas situaciones vuelvan a afectar otras finanzas personales. Te dejo, a continuación, un comparador para que encuentres el préstamo que necesitas:
Conclusión
Otra opción son los créditos de bancos y financieras, que aunque tampoco son lo más interesante económicamente, tienen intereses más reducidos. También te he hablado de dos de las principales financieras en la comparativa de Cetelem y Cofidis. De hecho, tienes también consejos y trucos para poder eliminar estas deudas o las de tu tarjeta de crédito de forma rápida y sencilla siguiendo nuestros manuales paso a paso.