El Patrón Oro: ¿Por qué brillaba tanto y por qué se desvaneció?

Ya te he contado varias veces por qué tu dinero no es real (ni el mío ni el de nadie) y te he hablado del patrón oro, que era lo que molaba y de como en Bretton Woods todo cambió para siempre, y a peor (aunque con la excusa de que era temporal).

Pero a lo mejor todo esto del declive del patrón oro, la paridad, los acuerdos de Bretton Woods y demás zarandajas se te hace bola. Pues no te preocupes, que te lo voy a contar en castellano plano para que lo entiendas de una vez por todas y para siempre.

El Patrón Oro: La Época Dorada de la Moneda

El patrón oro era como ese amigo fiel que siempre llevaba una moneda en el bolsillo para el carrito del supermercado o que te guarda los paquetes de amazon cuando no estás. Era un sistema monetario donde el valor de la moneda de un país estaba directamente vinculado a una cantidad específica de oro.

Si tenías un billete, podías ir al banco y, ¡zas!, oro en mano. Como canjer un vale por un café en un starbucks. No había trampa ni cartón. ¡Era la época dorada de la moneda, literalmente! Este sistema monetario internacional proporcionaba estabilidad y confianza y tenía dos principales ventajas:

  1. Controlar la inflación: El papel moneda se puede imprimir de forma ilimitada y esto causa inflación. Por otro lado, el oro es un material finito que tenemos en la Tierra, así que no se puede producir en masa.
  2. Controlar el cambio de divisa: El patrón oro soluciona el problema de la fluctuación de divisas. Antes, se pesaban las monedas de oro del otro país en el comercio internacional para saber su valor. El patrón oro puso un estándar que ayudaba a identificar cuánto valía cada moneda.

Las monedas estaban respaldadas por reservas de oro, lo que significaba que el depósito de valor de la moneda era tan sólido como el metal precioso que la respaldaba. La convertibilidad directa entre billetes y oro hacía que la inflación fuera prácticamente inexistente, ya que no se podía imprimir más dinero del que se tenía en las reservas de oro.

Patrón Oro

Historia Económica del Patrón Oro: Un Viaje en el Tiempo

Para entender este rollo, tenemos que subirnos al Delorean y viajar a Asia Menor, donde todo empezó con unos trozos de metal que parecían sacados de una peli de piratas. El patrón oro comenzó cuando varios metales preciosos, oro y plata incluidos, fueron aceptados como método de pago en lugar del trueque, como un método de pago primitivo.

No fue el primer intento, se probaba con cosas escasas, piedras, conchas, etc. Con el tiempo, los que mandaban fueron emitiendo monedas de metal reales y comenzaron a utilizarlas en el comercio. Lydia, esa región que ahora llamamos Turquía, fue la pionera (según los registros que se tienen a día de hoy) en esto de usar el oro como si fuera la última Coca-Cola en el desierto.

Y no, no era solo cosa de los yanquis. Los británicos también tuvieron su momento de gloria con el Patrón Oro, respaldando la libra esterlina con activos sólidos. Esto impulsó exploraciones en el siglo XVI que ni Indiana Jones se atrevería a realizar, y estandarizó el comercio mundial en el siglo XIX, como si fuera la talla única de Zara.

La Conferencia de Génova de 1922 y la Gran Depresión

En la Conferencia de Génova de 1922, hubo otro intento de estabilizar el sistema monetario internacional. Esta conferencia buscó restaurar el patrón oro después de la Primera Guerra Mundial, pero no tuvo el mismo éxito y consistencia que Bretton Woods, del que te hablaré más adelante.

Todo iba viento en popa hasta que llegó la Gran Depresión de los años 30 y el Patrón Oro se dio un batacazo. Fue un golpe duro para el patrón oro. La crisis económica global llevó a muchos países a abandonar temporalmente el patrón oro para poder imprimir más dinero y estimular sus economías, ¿te suena?

Empezaron a imprimir billetes como si no hubiera un mañana, y claro, el oro no es que se reproduzca como los conejos. Esto debilitó la confianza en el sistema y mostró sus limitaciones en tiempos de crisis.

Bretton Woods: El Baile de Máscaras Monetario

En julio de 1944, en una fiesta de esas que hacen historia, los países con más pasta se reunieron en la conferencia de Bretton Woods y coronaron al dólar como el rey del cotarro, respaldado a 35 dólares la onza de oro. El resto de las monedas hicieron la ola y se pusieron a bailar al ritmo que les tocaba la divisa estadounidense, como los patitos siguen a la mamá pata.

El dinero era como un pagaré, una especie de cheque al portador, y así se reflejaba en los billetes. Búscalo hoy en día a ver si lo encuentras.

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El sistema de Bretton Woods estableció tipos de cambio fijos entre las monedas y el dólar, que a su vez estaba respaldado por oro. Por eso todo el mundo confiaba en el dólar que se convirtió en la divisa de referencia, ya que Estados Unidos tenía la hucha llena de oro.

Los bancos centrales de otros países mantenían reservas de dólares para estabilizar sus propias monedas, así se evitaban tener oro, pues era lo mismo. Este acuerdo fue diseñado para evitar la hiperinflación y las devaluaciones competitivas que habían plagado la economía mundial durante la Gran Depresión.

Nixon y el ‘Adiós Oro’: El Final de una Era

Pero como todas las buenas fiestas, Bretton Woods también tuvo su fin. Todo era flores, piruletas y arcoiris hasta que los Estados Unidos tuvieron que hacer frente a los programas sociales y encima les dio por jugar a los soldaditos en la guerra de Vietnam y la cosa se puso fea (Spoiler: perdieron).

Se pusieron a imprimir billetes como si fueran flyers de discoteca, y claro, el oro no crece en los árboles. Francia, con su olfato para el drama, se olió el pastel en la década de 1960 y el presidente francés Charles de Gaulle se plantó. Los franceses ya no se fiaban y anunciaron a los cuatro vientos que Estados Unidos no disponía de oro para respaldar los dólares en circulación.

Así que Francia dijo: “Oye, ¿y mi oro?”. Y el resto de países lo vieron y se sumaron como lemmings a hacer lo mismo. Hasta ese momento Estados Unidos había sido el mayor tenedor de oro del mundo pero se quedó sin el 50% de su oro entre 1959 y 1971. Y, aun así, de tanto como habían estirado el chicle, en ese último año seguía habiendo unas 12 veces más dólares que oro que lo respaldase.

Y claro, hubo un pánico bancario, aunque en este caso, el gran banco mundial era el propio Estados Unidos. Y ya era la segunada vez que los yankis habían creado más recibos que el oro que tenían y eso, aquí y en Pekin, se llama fraude.

El Final del Patrón Oro

Como era de esperar, los mercados se dieron cuenta de todo esto y el entonces presidente del gobierno estadounidense Richard Nixon se vio entre la espada y la pared. Más que nada porque no le habría quedado oro físico para respaldar el dólar si hubiera pagado todo lo que debía y ese fué el fin del patrón oro. 

Ya te dije que en esos tiempos, el dólar era la base del sistema, la divisa de referencia, por lo que el sistema monetario global habría colapsado. Así que Nixon decidió que el oro era muy siglo XIX y cortó por lo sano el 15 de agosto de 1971 (según él, de manera temporal, aunque se les ha debido pasar volver a él), anunciando la suspensión de poder convertir dólares en oro y otros activos de reserva, poniendo fin al sistema de Bretton Woods.

Ese fue el triste día en que todas las divisas del mundo se convirtieron en dinero fiduciario y perdieron sus propiedades de dinero duro. El problema era que un activo duro de larga duración y con un valor intrínseco, no se podía manipular de la misma manera que el papel moneda para cumplir la lista de los reyes magos de los que estaban al mando.

Este movimiento, conocido como el “Nixon Shock”, marcó el comienzo de una era de tipos de cambio flotantes y dinero fiat, donde el valor de la moneda ya no estaba respaldado por una cantidad específica de oro. A partir de este día estaba respaldado por… nada.

El Mundo Post-Oro: Bienvenidos al Casino Monetario

Desde el famoso “adiós, oro” de Nixon, vivimos en el casino del dinero fiduciario, donde los billetes son como las fichas de Monopoly: valen porque sí, porque todos aceptamos que es así. En este nuevo sistema financiero internacional, los bancos centrales, como la Reserva Federal, son los que reparten cartas y nos tienen bailando con políticas monetarias que cambian más que las modas.

Tienen el poder de emitir dinero y controlar la oferta monetaria a través de políticas como la tasa de interés y la compra de activos. Esto ha llevado a una mayor flexibilidad en la gestión económica, pero también a una mayor volatilidad y riesgo de inflación.

Y ya hemos visto bastantes ejemplos de que los bancos también están en riesgo de pérdida, no solo el precio de sus monedas. A los políticos y banqueros les gusta ser el emisor de la divisa para así poder manipular el valor de las monedas ficticias a placer para lograr sus objetivos políticos, y que la fiesta la pague otro.

¿Por dónde sopla el viento?

Pues con la devaluación del dólar principalmente. Los países ya están empezando la llamada “desdolarización” como divisa internacional. De hecho, ya hemos visto como algunos, como por ejemplo Rusia y China dieron sus primero pasos con la apertura de un banco de compensación en renminbi (RMB) en Rusia.

El banco central Ruso quiere fortalecer los lazos financieros entre las dos superpotencias y abrió su primera sucursal extranjera en China. Y lo que no ha sido tan conocido de este movimiento es que, si leemos entre líneas, los chinos y los rusos van a poder evitar el dólar por completo, pues estan creando un marco para liquidar sus transacciones en Oro. Y no son los únicos.

Todos los países están intentando algo parecido, aunque quizá de forma mas sutil. Solo tenemos que darnos cuenta que tanto los rusos como los chinos están aumentando sus reservas de oro a un ritmo de vertigo si los comparamos con otros países.

En España, como somos tan espabilados, en los últimos años hemos hecho lo contrario y tenemos las reservas con telarañas. Y eso que los BRICS son productores de oro. A lo mejor todo esto debería hacernos pensar un poco, porque el primer paso para que estas superpotencias negocien con oro es el comercio en renminbi chino. 

¿Qué es el Renminbi? La Moneda del Gigante Asiático

Para que nos entendamos todos, el renminbi (RMB) es la moneda oficial de China, también conocida como yuan. Es como si el euro fuera el renminbi de Europa y cada billete fuera un euro. Cuando en China pagas con 5 RMB, es como si estuvieras pagando con 5 euros aquí. Pero ojo, que el renminbi no es cualquier moneda, es la protagonista de un cambio global que está poniendo patas arriba el tablero financiero mundial.

China está usando su moneda para hacer negocios internacionales, y eso, es como cuando en el Monopoly empiezas a construir hoteles en el Paseo del Prado. El juego cambia. Así que cuando oigas hablar del renminbi o veas “¥” delante de un número, piensa en la fuerza que está cogiendo el dragón chino en la economía del planeta.

El Retorno al Oro

Cómo has visto todo nuestro sistema está haciendo aguas. Personalmente, creo que una de las maneras más sanas de tener un sistema monetario que funcione sería volver a un patrón oro. Claro que para evitar que otros «listos» hicieran lo que hizo el gobierno americano en el pasado, habría que crear alguna ley que exigiera no poder crear recibos de un oro que no existe.

Pero también creo que esto no va a pasar. Al menos tal como lo conocimos hasta 1971. Los que parten el bacalao ahora mismo en el sistema monetario actual, son los bancos centrales, entre ellos la FED (la Reserva Federal), ya que son los que deciden cuanto dinero hay o deja de haber en la economía actual.

Y, como te expliqué al principio, una de las ventajas del patrón oro es que quita el poder a los Bancos Centrales. ¿Tu crees que se van a dejar quitar esta «carta blanca»? Esta política monetaria, que es «completamente» independiente de las políticas fiscales de los estados, son las que propician dos temas candentes y fundamentales: el paro y la inflación

Ya hemos visto que los bancos centrales toman decisiones a placer como las que se tomaron en 2020, imprimiendo dinero a cascoporro. Terminaron con 8 trillones de dólares americanos sacados de la nada, y lo mismo en el resto de países.

El patrón oro es un sistema que a los gobiernos y a los bancos centrales de los países no les interesa. El sistema económico mundial se basa en estos papelitos y hay muchos intereses para que siga siendo así. Es cierto que ahora nos quieren cambiar estos papelitos por las nuevas y relucientes CBDCs, pero el concepto es básicamente el mismo, aunque con matices aun peores, como puedes leer aquí.

En Resumen…

¿Qué tenemos ahora? Hoy, el dinero es como el amor platónico de la secundaria: todos hablan de él, pero pocos lo entienden de verdad. Es una promesa, un acto de fe, un “créeme porque sí”. Es como creer en Papá Noel, pero en versión económica. 

Y aunque algunos sueñan con volver al patrón oro, nuestro sistema actual es un acróbata financiero, capaz de contorsionarse al ritmo de la economía global y eso a los políticos les encanta.

La estabilidad de precios y la confianza en la moneda ahora dependen de la credibilidad y las decisiones de los bancos centrales, en lugar de la cantidad de oro en sus bóvedas.

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