¿Sabes qué son los paradigmas financieros y cómo influyen en tu forma de pensar y actuar respecto al dinero? ¿Sabías que tu forma de pensar sobre el dinero puede determinar tu éxito o fracaso financiero? Así es, los paradigmas financieros son los patrones mentales que condicionan nuestra relación con el dinero y que influyen en nuestras decisiones y acciones al respecto. En este artículo te voy a explicar qué son los paradigmas financieros, cómo se forman, cómo nos afectan y cómo podemos cambiarlos para mejorar nuestra situación económica.
También te daré un ejemplo muy conocido y relevante de cómo los paradigmas financieros pueden cambiar nuestra vida: el libro de Padre Rico Padre Pobre.
¿Qué son los paradigmas financieros?
Hace ya algún tiempo te hablé de los paradigmas, así, en general. Hoy nos vamos a lo concreto, la pasta. Los paradigmas financieros son las creencias o reglas que tenemos sobre el dinero y que determinan cómo lo vemos, cómo lo conseguimos, cómo lo gastamos, cómo lo ahorramos y cómo lo invertimos. Estos paradigmas financieros se forman desde la infancia, a partir de nuestras experiencias, nuestra educación, nuestra cultura, nuestra familia y nuestro entorno. Se van consolidando con el tiempo y se convierten en hábitos de pensamiento que guían nuestro comportamiento financiero como si de un software mental se tratase.
Los paradigmas financieros actúan como filtros que seleccionan la información que recibimos sobre el dinero y le dan un sentido acorde a nuestras expectativas. Algunos ejemplos de paradigmas financieros son:
- El dinero es escaso y difícil de conseguir.
- El dinero es la raíz de todos los males.
- El dinero no da la felicidad.
- Hay que trabajar duro para ganar dinero.
- Hay que ahorrar todo lo posible y no gastar en caprichos.
- Hay que invertir el dinero en cosas seguras y no arriesgar.
¿Cómo nos afectan los paradigmas financieros?
Estos paradigmas pueden ser positivos o negativos, dependiendo de cómo nos afecten. Los paradigmas positivos nos ayudan a tener una mentalidad de abundancia, a generar más ingresos, a administrar bien el dinero y a disfrutar de él. Por un lado, los paradigmas financieros nos ayudan a simplificar la complejidad del mundo financiero y a darle coherencia y sentido a nuestra vida económica. Nos permiten tener una identidad, unos valores y unas metas financieras y nos facilitan la toma de decisiones y la resolución de problemas financieros. Nos dan seguridad y confianza.
Los paradigmas negativos nos limitan, nos generan miedo, escasez, culpa o frustración y pueden obstaculizarnos. Pueden hacernos ver la realidad financiera de forma distorsionada o incompleta. Pueden impedirnos ver otras perspectivas o posibilidades financieras o hacernos generar prejuicios, miedos o resistencias al cambio financiero. También pueden frenar nuestro crecimiento y nuestro potencial financiero. Así que hay que tener mucho ojo y estar siempre aprendiendo.
¿Cómo podemos cambiar nuestros paradigmas financieros?
Los paradigmas financieros no son inmutables. Cambiar nuestros paradigmas financieros no es fácil, pero tampoco imposible. Se pueden cambiar si somos conscientes de ellos y si queremos mejorar nuestra situación económica y nuestra calidad de vida. Requiere de voluntad, conciencia y acción. Obviamente, este proceso es muy similar al que veíamos cuando Te hablé de cambiar un paradigma de forma general, solo que aquí nos estamos centrando en un tipo concreto de paradigma. Podemos seguir estos pasos para lograrlo:
- Identificar nuestros paradigmas financieros actuales. El primer paso es reconocer qué creencias o reglas tenemos sobre el dinero y cómo nos afectan. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué pienso sobre el dinero? ¿Qué siento cuando lo tengo o cuando me falta? ¿Qué hago con el dinero? ¿Qué me han enseñado sobre el dinero? ¿De dónde vienen esas ideas? ¿Qué evidencias tengo para sostenerlas? ¿Qué beneficios o perjuicios me aportan?
- Cuestionar nuestros paradigmas financieros actuales. El segundo paso es analizar si nuestros paradigmas financieros son verdaderos, útiles y coherentes con nuestros valores y objetivos financieros. Para ello podemos evaluar cómo nos afectan en nuestra vida personal y profesional. Podemos hacernos preguntas como: ¿Es esta la única forma de ver el dinero? ¿Hay otras opiniones o experiencias al respecto? ¿Qué pasaría si cambiara mi forma de pensar sobre el dinero? ¿Qué me impide hacerlo? ¿Nos ayudan a conseguir nuestros objetivos o nos impiden avanzar? ¿Nos hacen sentir bien o mal? ¿Nos motivan o nos desaniman?
- Buscar nuevos paradigmas financieros alternativos. El tercer paso es explorar otras opciones o modelos que nos permitan ampliar nuestra visión y mejorar nuestra situación financiera. Para ello podemos buscar evidencias que contradigan nuestros paradigmas negativos y que nos demuestren que hay otras formas de pensar y actuar respecto al dinero. Por ejemplo, si creemos que el dinero es escaso y difícil de conseguir, podemos buscar ejemplos de personas que han logrado generar abundancia con sus ideas, sus talentos o sus pasiones. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué quiero lograr o mejorar en mi vida financiera? ¿Qué necesito creer o aprender para conseguirlo? ¿Quién ha hecho algo similar antes? ¿Qué puedo hacer diferente?
- Adoptar nuevos paradigmas financieros deseados. El cuarto paso es elegir los nuevos paradigmas financieros que queremos incorporar a nuestra vida y practicarlos hasta que se conviertan en hábitos. Para ello podemos usar técnicas como la afirmación, la visualización o la meditación. Se trata de repetirnos a nosotros mismos los nuevos paradigmas positivos, imaginarnos cómo sería nuestra vida si los aplicáramos y sentir las emociones asociadas a ellos. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué acciones puedo tomar para reforzar mi nuevo paradigma financiero? ¿Qué resultados espero obtener? ¿Cómo voy a medir mi progreso? ¿Qué apoyo o recursos necesito?
¿Qué beneficios tiene cambiar los paradigmas financieros?
Cambiar los paradigmas financieros tiene muchos beneficios para nuestra vida. Algunos de ellos son:
- Mejorar nuestra relación con el dinero. Al tener una mentalidad de abundancia, dejamos de ver el dinero como un problema y lo vemos como una solución, como una herramienta para conseguir nuestros sueños y ayudar a los demás.
- Aumentar nuestros ingresos. Al creer que podemos ganar más dinero, buscamos nuevas oportunidades, desarrollamos nuestras habilidades, creamos valor y ofrecemos soluciones a las necesidades del mercado.
- Administrar mejor el dinero. Al valorar el dinero, lo gestionamos con inteligencia, lo ahorramos, lo invertimos y lo hacemos crecer.
- Disfrutar más del dinero. Al liberarnos de la culpa, el miedo o la frustración, nos permitimos gastar el dinero en cosas que nos hacen felices, que nos aportan bienestar y que nos enriquecen como personas.
Ejemplo de cómo los paradigmas financieros pueden cambiar tu vida: el libro de Padre Rico Padre Pobre
Para ilustrar mejor el concepto de paradigma financiero y su impacto en nuestra vida, te presento un ejemplo muy conocido y relevante: el libro de Padre Rico Padre Pobre, escrito por Robert Kiyosaki y Sharon Lechter.
Este libro narra la historia de Robert Kiyosaki, quien tuvo la oportunidad de aprender de dos padres con paradigmas financieros muy diferentes: su padre biológico, a quien llama Padre Pobre, y el padre de su mejor amigo, a quien llama Padre Rico.
El Padre Pobre era un hombre educado, inteligente y trabajador, pero que nunca logró salir de la carrera de la rata. Su paradigma financiero se basaba en la idea de que para tener dinero hay que estudiar mucho, conseguir un buen empleo, trabajar duro y ahorrar. Sin embargo, este paradigma lo llevó a vivir siempre endeudado, estresado y frustrado.
El Padre Rico era un hombre que abandonó la escuela a los 13 años, pero que se convirtió en uno de los hombres más ricos de Hawai. Su paradigma financiero se basaba en la idea de que para tener dinero hay que aprender a hacer que el dinero trabaje para uno, crear activos, invertir y aprovechar las oportunidades. Este paradigma lo llevó a vivir con libertad, abundancia y felicidad.
Robert Kiyosaki aprendió las lecciones de ambos padres y decidió seguir el ejemplo del Padre Rico. Así, logró cambiar su paradigma financiero y su vida. En su libro, comparte las principales lecciones que aprendió del Padre Rico y que pueden ayudarte a ti también a cambiar tu forma de pensar sobre el dinero. Algunas de estas lecciones son:
- La diferencia entre un activo y un pasivo. Un activo es algo que pone dinero en tu bolsillo. Un pasivo es algo que saca dinero de tu bolsillo. Para ser rico hay que comprar activos y evitar pasivos.
- La importancia de la educación financiera. La educación financiera es el conocimiento que te permite entender cómo funciona el dinero y cómo hacerlo trabajar para ti. La educación financiera te permite tomar mejores decisiones financieras y aprovechar las oportunidades que se presentan.
- La diferencia entre trabajar por dinero y hacer que el dinero trabaje por ti. Trabajar por dinero es intercambiar tu tiempo por dinero. Hacer que el dinero trabaje por ti es crear sistemas o negocios que generen ingresos pasivos o residuales. Para ser rico hay que dejar de trabajar por dinero y hacer que el dinero trabaje por ti.
- La diferencia entre ingresos, gastos, activos y pasivos. Los ingresos son el dinero que entra en tu bolsillo. Los gastos son el dinero que sale de tu bolsillo. Los activos son las cosas que te generan ingresos. Los pasivos son las cosas que te generan gastos. Para ser rico hay que aumentar tus ingresos, reducir tus gastos, comprar activos y evitar pasivos.
Si quieres saber más sobre estas lecciones y otras más, te recomiendo leer el libro completo o visitar este artículo donde encontrarás un resumen del libro.
En resumen…
Tu forma de pensar sobre el dinero puede determinar tu éxito o fracaso financiero. Los paradigmas financieros son los patrones mentales que condicionan nuestra relación con el dinero y que influyen en nuestras decisiones y acciones al respecto. Son las creencias, los valores y las actitudes que tenemos sobre el dinero y que determinan nuestra forma de relacionarnos con él. Estos paradigmas se pueden cambiar si somos conscientes de ellos y si queremos mejorar nuestra situación económica y nuestra calidad de vida.
Los paradigmas financieros se forman a partir de nuestras experiencias, nuestra educación, nuestra cultura, nuestra familia y nuestro entorno. Se van consolidando con el tiempo y se convierten en hábitos de pensamiento que guían nuestro comportamiento financiero. Al cambiar los paradigmas financieros, mejoramos nuestra relación con el dinero, aumentamos nuestros ingresos, administramos mejor el dinero y disfrutamos más del dinero. Si quieres cambiar tus paradigmas financieros y transformar tu vida, te invito a que sigas estos pasos:
- Identifica los paradigmas financieros que tienes.
- Analiza si son positivos o negativos.
- Reemplaza los negativos por positivos.
- Repite los positivos hasta interiorizarlos.
Espero que este artículo te haya sido útil y que te animes a cambiar tus paradigmas financieros. Recuerda que el dinero es una energía que fluye y que depende de ti cómo la atraes y la usas. Si quieres aprender más sobre este tema, te recomiendo que leas estos libros: