Un paradigma es un conjunto de creencias o reglas que determinan cómo vemos el mundo y cómo actuamos en él, que condiciona nuestra realidad. Los paradigmas pueden ser positivos o negativos, limitantes o potenciadores, conscientes o inconscientes. Lo cierto es que todos tenemos paradigmas y que estos influyen en nuestra vida de forma significativa. Descubre qué son los paradigmas, cómo te afectan y cómo puedes cambiarlos para mejorar tu vida. ¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas tienen éxito y otras no? ¿Por qué algunas personas son felices y otras no? ¿Por qué algunas personas logran sus sueños y otras se quedan estancadas?
La respuesta está en los paradigmas. En este artículo te explicaré qué son los paradigmas, cómo se forman, cómo nos afectan y cómo podemos cambiarlos para mejorar nuestra realidad. También te daré algunos ejemplos de paradigmas históricos y personales que te ayudarán a comprender mejor este concepto. Pero, ¿Qué es un Paradigma?
¿Qué es un paradigma?
Según el diccionario de la Real Academia Española, un paradigma es un “ejemplo o modelo de algo” o una “teoría o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento”. Vamos, que es un conjunto de supuestos, principios y reglas que conforman una visión particular de la realidad, es una forma de entender y explicar el mundo, una forma de filtrar la información que recibimos y de darle sentido, una forma de resolver problemas y tomar decisiones. Y al final, un paradigma es una forma de actuar y comportarse.
Sin embargo, en el ámbito del desarrollo personal, un paradigma se entiende como un patrón mental que condiciona nuestra forma de percibir y de interpretar la realidad. Es decir, un paradigma es una creencia o una regla que nos dice qué es posible y qué no, qué es correcto y qué no, qué es normal y qué no. Un paradigma es un conjunto de creencias o reglas que hacen dos cosas en nuestro mundo. Primero establecen o definen los límites en nuestra mente. Algo así como establecer las reglas del juego. Y segundo te dicen cómo comportarte dentro de esos límites para tener éxito, para estar en lo correcto o para estar dentro de lo normal y ser aceptado.
Cómo se forman los paradigmas
Los paradigmas se forman a partir de nuestras experiencias, nuestra educación, nuestra cultura, nuestra familia y nuestro entorno.
- La educación: Desde pequeños aprendemos una serie de conocimientos y valores que conforman nuestra visión del mundo. Por ejemplo, aprendemos historia, geografía, matemáticas…
- La experiencia: A lo largo de nuestra vida vamos viviendo una serie de situaciones y eventos que nos hacen formar opiniones y juicios sobre la realidad. Por ejemplo, viajamos, trabajamos, nos relacionamos…
- La información: Estamos constantemente expuestos a una gran cantidad de información que proviene de diferentes medios y fuentes. Por ejemplo, leemos libros, vemos noticias, navegamos por internet…
- La influencia: Nos dejamos influir por las personas que nos rodean y que tienen algún tipo de autoridad o prestigio sobre nosotros. Por ejemplo, nuestros padres, nuestros profesores, nuestros amigos…
Todos estos factores contribuyen a crear y reforzar nuestros paradigmas. Se van consolidando con el tiempo y se convierten en hábitos de pensamiento que guían nuestro comportamiento. Los paradigmas actúan como filtros que seleccionan la información que recibimos y le dan un sentido acorde a nuestras expectativas. Sin embargo, también pueden hacer que los cuestionemos y los cambiemos.
¿Cómo nos afectan los paradigmas?
Los paradigmas nos afectan de muchas maneras, tanto positivas como negativas. Por un lado, los paradigmas nos ayudan a simplificar la complejidad del mundo y a darle coherencia y sentido a nuestra vida. Nos permiten tener una identidad, unos valores y unas metas. A la vez nos facilitan la toma de decisiones y la resolución de problemas. Nos dan seguridad y confianza.
Por otro lado, los paradigmas también pueden limitarnos y obstaculizarnos. Pueden hacernos ver la realidad de forma distorsionada o incompleta. Pueden impedirnos ver otras perspectivas o posibilidades. Nos hacen generar prejuicios, miedos o resistencias al cambio. Pueden frenar nuestro crecimiento y nuestro potencial.
¿Cómo podemos cambiar nuestros paradigmas?
Cambiar nuestros paradigmas no es fácil, pero tampoco imposible. Requiere de voluntad, conciencia y acción. Estos son algunos pasos que podemos seguir para lograrlo:
- Identificar nuestros paradigmas actuales. El primer paso para cambiar un paradigma es ser consciente de que lo tienes, reconocer qué creencias o reglas tenemos sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo. Para ello, puedes hacerte algunas preguntas como: ¿Qué creo sobre mí mismo, sobre los demás y sobre el mundo? ¿Qué pienso sobre este tema? ¿De dónde viene esa idea? ¿Qué evidencias tengo para sostenerlas? ¿Qué beneficios e inconvenientes me aportan?
- Cuestionar nuestros paradigmas actuales. El segundo paso para cambiar un paradigma es ponerlo en duda y analizarlo críticamente, analizar si nuestros paradigmas son verdaderos, útiles y coherentes con nuestros valores y objetivos. Podemos hacernos preguntas como: ¿Es este paradigma verdadero o falso? ¿Es este paradigma útil o perjudicial? ¿Es este paradigma actual u obsoleto? ¿Es este paradigma flexible o rígido? ¿Es esta la única forma de ver las cosas? ¿Hay otras opiniones o experiencias al respecto? ¿Qué pasaría si cambiara mi forma de pensar? ¿Qué me impide hacerlo?
- Buscar nuevos paradigmas alternativos. El tercer paso para cambiar un paradigma es explorar otras formas, opciones o modelos de ver el mundo que sean más adecuadas a tu realidad y a tus objetivos, que nos permitan ampliar nuestra visión y mejorar nuestra situación. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué otras formas de ver el mundo existen? ¿Qué quiero lograr o mejorar? ¿Qué necesito creer o aprender para conseguirlo? ¿Quién ha hecho algo similar antes? ¿Qué otras personas tienen otros paradigmas? ¿Qué puedo aprender de ellos? ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen? ¿Qué puedo hacer diferente?
- Adoptar nuevos paradigmas deseados. El cuarto paso es elegir los nuevos paradigmas que queremos incorporar a nuestra vida y practicarlos hasta que se conviertan en hábitos. Para ello, puedes hacerte algunas preguntas como: ¿Qué tengo que hacer para adoptar este nuevo paradigma? ¿Qué hábitos tengo que cambiar? ¿Qué acciones tengo que realizar? ¿Qué resultados espero obtener? ¿Cómo voy a medir mi progreso? ¿Qué apoyo o recursos necesito?
Cambiar un paradigma no es fácil ni rápido. Requiere de voluntad, esfuerzo y perseverancia. Pero también puede ser muy gratificante y liberador. Pero lo entenderemos mejor a través de algunos ejemplos reales.


Ejemplos de paradigmas históricos y personales
Un ejemplo de un paradigma es el capitalismo, que propone que el mercado libre es la mejor forma de organizar la economía y la sociedad. Este paradigma influye en la forma de producir, consumir, intercambiar y distribuir bienes y servicios. Pero hay muchos mas:
- El paradigma geocéntrico. Durante siglos, se creyó que la Tierra era el centro del universo y que el sol y los demás planetas giraban alrededor de ella. Este paradigma se basaba en las observaciones visuales y en las interpretaciones religiosas de la época. Sin embargo, este paradigma fue cuestionado y reemplazado por el paradigma heliocéntrico, que postulaba que el sol era el centro del sistema solar y que la Tierra y los demás planetas giraban alrededor de él. Este paradigma se basaba en las evidencias matemáticas y astronómicas de Copérnico, Galileo y Kepler y cambió radicalmente la forma de entender el universo y la posición del ser humano en él.
- El paradigma newtoniano. Durante siglos, se creyó que las leyes de la física clásica de Newton eran universales y válidas para todos los fenómenos naturales. Este paradigma se basaba en la observación y la experimentación de la mecánica, la óptica y la gravitación. Sin embargo, este paradigma fue cuestionado y reemplazado por el paradigma relativista, que postulaba que las leyes de la física dependían del marco de referencia del observador y que el espacio y el tiempo eran relativos. Este paradigma se basaba en las teorías matemáticas y físicas de Einstein.
- El paradigma industrial. Durante siglos, se creyó que el modelo económico basado en la producción masiva, el consumo ilimitado y el crecimiento infinito era el más eficiente y rentable. Este paradigma se basaba en la revolución industrial, el capitalismo y el liberalismo. Sin embargo, este paradigma fue cuestionado y reemplazado por el paradigma ecológico, que postulaba que el modelo económico debía ser sostenible, responsable y equitativo. Este paradigma se basaba en la conciencia ambiental, social y ética.
Un ejemplo de cambio de paradigma: el reloj suizo
En 1968 el país fabricante de relojes más poderoso del mundo era Suiza. Solamente este país tenía el 65 % del mercado a nivel mundial. En 1980, es decir, tan solo 12 años después Suiza tenía únicamente el 10 % del mercado. Hasta 1968 Suiza llevaba 60 años controlando el mercado. De hecho ellos inventaron el reloj de pulsera. Tenían a 65.000 personas para la fabricación de relojes. En 1980 esta cifra se redujo a tan solo 10.000 trabajadores de esta industria.
La pregunta obligada aquí es ¿Que sucedió? ¿Cómo pudo esta potencia perder tanto en tan poco tiempo?
Lo que sucedió fue que simplemente hubo un cambio de paradigmas. Un cambio en los modelos de pensamiento, cambiaron las reglas de cómo se hacían los relojes y aun cuando los suizos eran los que más relojes fabricaban en el mundo y los que más investigación hacían, perdieron casi todo. De poco les sirvió su experiencia y su fuerza porque cuando el proceso de pensamiento cambia. Cuando las reglas del juego cambian, el mundo entero cambia y se mueve hacia y alrededor de ese paradigma. De esa nueva forma de hacer las cosas.
Lo que paso entonces es que dos jóvenes investigadores suizos desarrollaron un nuevo concepto en la fabricación de relojes. Aplicaron el movimiento de Cuarzo y desarrollaron el reloj digital o electrónico Desarrollando así un proceso de pensamiento nuevo para la tecnología en la fabricación de relojes.
Les presentaron este nuevo proyecto a los mayores fabricantes de relojes del mundo en ese tiempo. Los Suizos, pero los fabricantes estaban tan confiados y tan anclados en su propio patrón de pensamiento, de cómo se deberían hacer los relojes; lo cual implicaba un mecanismo con un sistema de engranajes, resortes, etc; que ellos habían inventado y perfeccionado, que no fueron capaces de aceptar un nuevo esquema. Un nuevo paradigma. Y cerraron su mente con tal fuerza a este nuevo concepto que ni siquiera consideraron protegerse ellos mismos y simplemente opinaron que eso no funcionaria, que así no se hacían las cosas y negaron su existencia.
Como resultado de esa respuesta, estos dos jóvenes investigadores suizos, llevaron el proyecto que habían creado al congreso mundial de fabricantes de relojes que se llevaba a cabo en Estados Unidos ese año. Allí, ciertas personas de una empresa japonesa llamada Seiko, los escucharon, vieron la innovadora idea, y el resto es historia. En 1980 Japón tenía el 33 % del mercado mundial.
Todo esto nos lleva a entender que el mundo está siempre avanzando. Siempre cambiando. Siempre mejorando. Y tenemos que darnos cuenta de que los procesos de pensamiento cambian. Y esto no solo puede pasar en el área de manufactura de un producto. Nos puede pasar a nivel personal, como nación o como empresa.
Las fotocopiadoras e IBM
Como en el caso de IBM que perdieron el gran invento de las fotocopiadoras simplemente porque su paradigma no los dejo ver que se trataba de un gran invento y perdieron un negocio de millones y millones de dólares. Pero te preguntaras ¿Y qué tiene que ver esto conmigo? Pues simplemente que el que no nos demos cuenta de que lo que era bueno hace cuarenta o cincuenta años, no necesariamente seguirá siendo bueno ahora y probablemente no será bueno en el futuro, no hace que esto se haga realidad.
Tipos de paradigmas
Existen diferentes tipos de paradigmas según el ámbito al que se refieran. Algunos ejemplos son:
- Paradigmas científicos: Son las teorías o modelos que explican los fenómenos naturales. Por ejemplo, la teoría de la relatividad o la teoría de la evolución.
- Paradigmas sociales: Son las normas o valores que rigen el comportamiento de los individuos y los grupos. Por ejemplo, la democracia o el machismo.
- Paradigmas culturales: Son las costumbres o tradiciones que caracterizan a una comunidad o a una nación. Por ejemplo, la gastronomía o el idioma.
- Paradigmas personales: Son las creencias o actitudes que tenemos sobre nosotros mismos y sobre los demás. Por ejemplo, la autoestima o el optimismo.
Vamos a ver algunos ejemplos de paradigmas personales:
- El paradigma del fracaso. Muchas personas creen que el fracaso es algo negativo, vergonzoso y definitivo. Este paradigma se basa en las experiencias negativas, las críticas destructivas y las expectativas irreales. Sin embargo, este paradigma puede ser cuestionado y reemplazado por el paradigma del aprendizaje, que postula que el fracaso es algo positivo, valioso e inevitable. Este paradigma se basa en las experiencias positivas, las críticas constructivas y las expectativas realistas.
- El paradigma de la escasez. Muchas personas creen que los recursos son limitados, que hay que competir por ellos y que hay que acumularlos. Este paradigma se basa en el miedo, la codicia y la inseguridad. Sin embargo, este paradigma puede ser cuestionado y reemplazado por el paradigma de la abundancia, que postula que los recursos son ilimitados, que hay que cooperar por ellos y que hay que compartirlos. Este paradigma se basa en el amor, la generosidad y la confianza.
- El paradigma de la víctima. Muchas personas creen que no tienen control sobre su vida, que dependen de factores externos y que no pueden cambiar su situación. Este paradigma se basa en la resignación, la culpa y la impotencia. Sin embargo, este paradigma puede ser cuestionado y reemplazado por el paradigma del protagonista, que postula que tienen control sobre su vida, que dependen de factores internos y que pueden cambiar su situación. Este paradigma se basa en la acción, la responsabilidad y el poder.
Cuando pensamos en la situación económica por la que atravesamos la mayoría de las personas en la actualidad, nos encontramos con una situación difícil en la que parece que no existe solución. Y entonces nos preguntamos ¿Cómo llegamos hasta aquí, ¿Quién tuvo la culpa? ¿En qué nos equivocamos? Qué interesante sería encontrar las respuestas a estas preguntas ¿Verdad?
En resumen…
Un paradigma es un conjunto de creencias o reglas que determinan cómo vemos el mundo y cómo actuamos en él. Los paradigmas pueden ser positivos o negativos, limitantes o potenciadores, conscientes o inconscientes. Lo cierto es que todos tenemos paradigmas y que estos influyen en todos los aspectos de nuestra vida: personal, profesional, social, económico, espiritual…
Los paradigmas se forman a partir de nuestras experiencias, nuestra educación, nuestra cultura, nuestra familia y nuestro entorno. Se van consolidando con el tiempo y se convierten en hábitos de pensamiento que guían nuestro comportamiento. Los paradigmas actúan como filtros que seleccionan la información que recibimos y le dan un sentido acorde a nuestras expectativas.
Los paradigmas nos afectan de muchas maneras, tanto positivas como negativas, tienen beneficios e inconvenientes para nuestra vida. Por un lado, los paradigmas nos ayudan a simplificar la complejidad del mundo y a darle coherencia y sentido a nuestra vida. Nos permiten tener una identidad, unos valores y unas metas. Nos facilitan la toma de decisiones y la resolución de problemas. Nos dan seguridad y confianza.
Por otro lado, los paradigmas también pueden limitarnos y obstaculizarnos. Pueden hacernos ver la realidad de forma distorsionada o incompleta. Pueden impedirnos ver otras perspectivas o posibilidades. Pueden generar prejuicios, miedos o resistencias al cambio. Pueden frenar nuestro crecimiento y nuestro potencial. Podemos cambiar nuestros paradigmas si queremos mejorar nuestra vida o adaptarnos a los cambios del entorno.
No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.
Albert Einstein
Cambiar nuestros paradigmas no es fácil, pero tampoco imposible. Requiere de voluntad, conciencia y acción. Pero en este artículo te he dado los pasos para lograrlo y te he contado algunos ejemplos de paradigmas históricos y personales. Así que te invito a que te atrevas a cambiar tus paradigmas y a ver el mundo con otros ojos. Te sorprenderás de lo que puedes lograr.
Espero haberte ayudado a comprender qué es un paradigma y cómo cambiar tu forma de pensar para mejorar tu vida. Recuerda que los paradigmas son solo modelos mentales que podemos modificar si así lo deseamos. Es como nuestro “software mental”. Te invito a reflexionar sobre tus propios paradigmas y a desafiarlos si te están limitando. ¿Y tú? ¿Qué paradigmas tienes? ¿Te gustaría cambiar alguno? Cuéntanos tu opinión o experiencia en los comentarios.
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