La importancia del testamento ¿es vital?

La importancia del testamento ¿es vital? Hace unos días os hable de la importancia de revisar y tener al día los beneficiarios de nuestros seguros y/o testamentos. Me sorprende el número de reuniones que tengo con clientes o con los que pronto serán clientes en que nunca han tenido un testamento redactado. 

Para muchos, las excusas más comunes que escucho son: «No llegué a hacerlo», «He estado demasiado ocupado», o «No creo que sea necesario, porque no tengo mucho dinero que transmitir». Un testamento es algo en lo que debes invertir un poco de tiempo para configurarlo incluso si no tienes una gran cantidad de bienes o dinero que transmitir (aun).

Vamos a ver si te puedo dar algún incentivo de por qué deberías redactar uno inmediatamente a lo largo de este post.

Sin testamento

En primer lugar, vamos a entender lo que significa morir sin testamento. Morir sin dejar un testamento, en el plazo legal se refiere a la muerte «ab intestato«, lo que significa que no tienes un testamento redactado antes de morir, o que el mismo no cumple con los requisitos de la ley de la comunidad autónoma en que estás residiendo. Al morir sin testamento, casi todo está sujeto al impuesto de sucesiones.

El impuesto de Sucesiones permite la liquidación de tus activos para pasar directamente a tu pariente más cercano (salvo la parte para el estado). Una desventaja potencial de la legalización de un testamento es que tus asuntos se hacen públicos y se permite a cualquiera hacer una reclamación contra tu propiedad si creen que tienen derechos.

Otra forma de ver la legalización de un testamento es que, básicamente, todo lo que te sobre, quedaría sujeto a las leyes y reglamentos del gobierno autonómico para determinar la forma en que quedaría tu propiedad distribuida. Así que, si te sientes cómodo con que el Estado determine cómo quedan divididos tus activos, un testamentario podría estar bien para ti. Eso no significa que no debas tener un testamento.

En esencia, un testamento te permite lograr 3 cosas:

  1. Te permite regalar las propiedades que posees en tu nombre de la manera que tu desees.
  2. Te permite nombrar a un albacea para cuidar de todos tus últimos asuntos como el pago de facturas, etcétera,
  3. Te permite nombrar un tutor para tus hijos menores de edad.

Por supuesto, si no tienes un testamento, ninguno de ellos será realizado en la forma en que tu quisieras y estará sujeto a las leyes y regulaciones autonómicas.

¿Cómo van a distribuirse tus propiedades?

Si mueres sin un testamento, tu propiedad se distribuye de conformidad con las leyes autonómicas, y en la mayoría de los casos, pasar a tus herederos más cercanos. Pero ¿quiénes son tus herederos más cercanos? Eso depende en gran medida de tu situación familiar, y la ley de sucesiones intestada cubre casi todas las posibilidades.

Si mueres sin testamento, el estado establece que tu patrimonio (todo lo que está a tu nombre solamente) pasa ½ a tu cónyuge y ½ a tus hijos. ¿Es eso lo que te gustaría? Tal vez, o tal vez no. Estas son las cosas a tener en cuenta.

Otras complicaciones son los hijastros (no se consideran menores en algunos casos) y los hijos de una relación anterior (que se consideran tuyos). Todos estos son problemas que se pueden resolver y simplificar teniendo un testamento.

Tómate el tiempo

Una última cosa para reflexionar son los beneficios fiscales que un testamento o un fideicomiso te pueden proporcionar. Muchas veces la gente me dice «Yo no tengo un patrimonio, ¿por qué necesito un plan de sucesiones?». Es lamentable. Buscar un poco de información sobre los conceptos básicos de un testamento y sobre Planificación Patrimonial puede ser un gran consuelo para ti y tu familia.

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