El otro día me preguntaba un amigo si pensaba que debía quedarse en su empresa actual o cambiar de puesto de trabajo. Los pros y contras eran que en el nuevo trabajo ganaba 300 euros menos al mes, pero tenía mejor horario y podía conciliar la vida familiar y laboral. Por contra, en el trabajo antiguo estaba quemado y echaba horas hasta fuera de horario, porque no le permitía desconectar.
Aún es Joven (31 años), sin hijos, ni piensa en tenerlos de momento, viviendo de alquiler, con el nuevo sueldo seguiría ahorrando dinero (300 € menos) pero aun así ahorraría unos 1.000 €/mes. Tiene cartera de fondos de hace como 4 años que va haciendo DCA mensualmente. Buen colchón. Es decir, por la bajada de sueldo, no estaría pillado el mes con los gastos. Es simplemente, que ahora ganaría 300 € menos.
Por eso es muy útil tener dinero invertido y/o ahorrado, para decir que no en estas situaciones. Si alguien me pide un favor, en un contexto profesional, la primera vez lo hago, pero si es recurrente y no compensado, digo que no.
Desde el punto de la Salud Financiera, tenía su tranqui cuenta (cuenta de imprevistos, cojín de ahorro multiplicado y colchón de tranquilidad) completa, estaba ahorrando un buen porcentaje de sus ingresos y tenía inversiones, por lo que a corto plazo está cubierto.
La dificultad de elegir está en que no se otorga un valor numérico a estos intangibles (horario, tranquilidad/agobio, estar a gusto…) que permitan una comparación con el dinero. Mi experiencia es que si no se está a gusto, más dinero no lo va a solucionar y un trabajador quemado se va haciendo daño a sí mismo. Pero claro, hay que ver cada situación, no es lo mismo para todas las personas.
Desde el punto de vista de inversión: ¿Qué haría con el tiempo que le sobrará al tener un horario normal? ¿En qué lo invertiría? ¿Cuál será el retorno de invertir ese tiempo en algo que le guste? Y es que la inversión no es solo dinero, también se trata de tiempo, y para mí, es más importante. Además, podría utilizar esas horas para hacer «chapucillas» o montar algo por su cuenta que le permitiera ganar esos 300 € o incluso más.
A veces las cosas las sentimos. Pero solemos sobrepensar las cosas (do not overthink!!) y entramos en la paralisis by analisis. Si el dinero en este caso no es un problema, listo. Si lo fuera habría que balancear cuanto estamos dispuestos a resignar, vivir dentro de lo que sentimos, por ese dinero.
Este caso es muy claro, máxime por la edad, que le puede permitir pivotar aun varias veces más si fuera necesario, pero quería compartirte una forma de tomar decisiones que he aplicado con algunos de mis clientes con bastantes buenos resultados. Obviamente, no es la única y, como digo, en este caso es bastante sencillo.
Como decidir si debes cambiar de trabajo
Por si te puede ayudar, te voy a explicar cómo tomo yo ese tipo de decisiones, pero como digo cada caso es distinto porque cada persona es distinta. Y es que realmente no tienes dos opciones, tienes 6 o más. Esto es porque tienes el «deber» de negociar una subida de sueldo con las dos empresas, entonces como yo lo veo, lo ordenaría de mejor a peor opción:
- Marcharte a la otra empresa si eres capaz de que te suban el sueldo lo suficiente para que tú te sientas cómodo, al menos como en la que estás actualmente.
- Quedarte en la empresa que estás si consigues que te suban el sueldo lo suficiente para que te baje el nivel de estrés. (Quizá con 10000 € más merezca la pena seguir un tiempo).
- Marcharte a la otra empresa por las condiciones que te ofrecen (quizá con un compromiso de mejorar el sueldo en 6 o 10 meses).
- Quedarte en la empresa en la que estás con las condiciones actuales.
- Buscar otro trabajo y marcharte cuando encuentres lo que realmente te motive.
- Marcharte a la otra empresa y seguir buscando trabajo en paralelo.
- Marcharte ya, dedicar unos meses sabáticos mientras buscas/te formas para otro trabajo o puesto mejor.
Y seguro que se te ocurren muchas más opciones, solo tienes que listarlas así hasta tener todo lo que se te ocurra. Luego toma tu decisión, pero siempre NEGOCIA, no des las cosas por sentadas. El NO ya le tienes.
Tampoco tienes que tener presión por ti mismo por temor a perder el tren. Siempre hay oportunidades, no es un único tren al que vas a poder subirte, te lo aseguro.
Lógicamente, depende mucho de la situación económica de cada uno y de las deudas que tengas, por eso es muy importante tener una buena salud financiera para tomar estas decisiones con cabeza y no por números. En el caso de mi amigo es claro, porque ha hecho los «deberes». Si no es tu caso, a lo mejor deberías empezar por ahí.
Finalmente, decidió cambiar de empresa y de momento está contento, el tiempo me dará o quitará la razón. ¿Tú qué piensas? ¿Me he dejado algo? Cuéntamelo en los comentarios.