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Para no dejarte solo con el episodio y ampliarte información te voy a explicar los niveles de salud financiera y como yo pasé por ellos. Espero que te sirva para escalar por estos niveles.
Por qué tenemos problemas financieros
Pero aparte de probar estas salas de audio, te cuento por qué tenemos problemas financieros (y de todo tipo) y como se pueden solventar con educación Financiera (obviamente, los financieros). Y no solo hablo de formación pagada. Hay mucha formación gratuita, en este mismo blog, en YouTube, bibliotecas, cursos del centro cultural muy económicos. Creo que el retorno de estudiar es mayor que otras alternativas más cortoplacistas. La educación permanece y da acceso a un mejor trabajo, más ingresos, más independencia, opciones a nivel mundial.
En relación con el dinero, hay dos tipos de problemas: de MUCHO dinero, o de POCO dinero. Tú, ¿cuáles prefieres? Es mejor estar pensando «¿Qué hago con mi dinero?» Debajo de un cocotero en el Caribe, que en «como llego a final de mes».
Vemos la teoría de los niveles y que pasos debemos seguir para ser de un nivel más alto que nuestros problemas para que estos no vuelvan a ser un problema nunca más.
Te pongo ejemplos de nuestra vida diaria y te planteo una situación que seguramente se te ha dado en más de una ocasión para que acabes de fijar el concepto y te des cuenta de que es real y más poderoso de lo que nos imaginamos. Y es que, muchas veces pasamos por alto ideas que, por su sencillez, no les damos importancia.
Nivel 0: caos financiero
El camino suele arrancar desde el más profundo fango financiero. Al menos en mi caso fue así. También en el de mi mujer y en el de algunos amigos.
Es fácil de entender.
Cuando dejas de ser un adolescente y te conviertes en un adulto (o en una beta de adulto, más bien), tu cabeza aún no ha madurado lo suficiente. No tienes experiencia vital. Te falta un hervor. Sigues viviendo en un país multicolor.
Pasas del pedirle 10 euros a tu padre para comprar tus vicios, a que cada mes te ingresen una nómina en la cuenta corriente.
Piénsalo.
Mil euros es poco para una familia con hijos, pero es muchísimo para un adulto que hace un par de semanas agachaba la cabeza cuando el profesor le echaba la bronca. Es un cambio rápido para el que la mayoría de la gente no está preparada.
Así que es completamente normal que te equivoques y que tomes malas decisiones financieras. En términos de dinero, nadie te ha educado (nunca lo podré entender). Estás por estrenar.
La educación financiera en este país ni está ni se le espera. Simplemente, no interesa. Ni a los políticos, ni al sistema, ni a la gente.
Algunos se compran un coche caro (el mío no fue caro, pero me compré un SEAT Ibiza con el que iba hasta a comprar el pan), otros se dan un capricho tras otro, hay quién hipoteca la casa de sus sueños… Da igual. El común denominador es que estas malas decisiones financieras terminan afectando a tus finanzas personales del futuro.
Vives por encima de tus posibilidades quemando cada euro que ganas. Estás a una sola nómina de distancia de la indigencia. Y no tienes miedo. No ves el peligro. Crees que la vida es así (es lo que has visto y lo que te han contado). Hasta que, en el mejor de los casos, te das cuenta de que no es así.
Hay personas que nacen, viven y mueren sin salir de este nivel. Por suerte, mucha gente es capaz de verlo a tiempo y de reaccionar.
El primer paso para llegar al siguiente nivel comienza en el momento en el que te propones mejorar tu situación financiera.
Te sobra más a final de sueldo, te has cansado de pagar con la tarjeta de crédito, de la letra del coche y de no tener ni la más remota idea de en qué te gastas tu dinero. Entonces decides hacer algo.
El segundo paso clave para subir de nivel consiste en empezar a crear tu Tranqui cuenta. Para ello tienes que ahorrar 2000 €que serán tu cuenta de imprevistos. Eso te lleva al nivel 1.
Nivel 1: bienvenido al lonchafinismo
Recuerdo perfectamente la etapa de mi vida en la que llegaba la última semana del mes y tenía que hacer verdaderos malabarismos para ahorrar “algo”. Lo que sobraba, que solía ser poco. Y al final siempre me lo acababa gastando.
Para salir de ese pozo creé una hija de Google sheets y comencé a apuntar mis gastos diarios. Euro a euro, céntimo a céntimo. Todo quedaba registrado. Aún tengo esa hoja aunque ahora me he pasado a Notion.
Poco a poco aprendí a categorizar esos gastos (gastos del hogar, de ocio, personales, de suministros…), a hacer previsiones y a anticiparme a ellos. Eso me permitió pasar al nivel 2.
Nivel 2: Salir de deudas
Estaba metido en un gran pozo de deudas, pero como eran muchas y era algo inabarcable, me propuse cancelar una tarjeta de crédito. Todo lo que ahorraba lo volcaba en esa tarjeta. Luego hice lo mismo con el préstamo del coche.
Lo único que no debes quitarte en este nivel es la hipoteca, el resto de deudas sin un lastre y hay que eliminarlas.
Primero control de ingresos y gastos, luego cancelación de deudas. También reduje mi gasto en ocio (principalmente cine y comer fuera) y adopté un estilo de vida cien por cien lonchafinista.
Aquí pasamos al nivel 3.
Nivel 3: El colchón de tranquilidad
El progreso era visible mes a mes y llegó un momento en el que empecé a ahorrar de forma consistente todos los meses. Aquí me planteé que la cuenta de imprevistos no era suficiente, pues la enfermedad de mi mujer me volvió a meter en un pozo y esta vez, era aún más hondo.
Aquí empiezas con otra pata de la Tranquicuenta: el colchón de tranquilidad. Seguro que también lo has oído llamar fondo de emergencia o cualquier cosa rara que se le haya ocurrido al gurú de turno.
Lo llames como lo llames, no deja de ser un dinero ahorrado en el banco. Ese dinero te transmite tranquilidad. Paz. Te da un respiro
Créeme, por poco que sea, mejor tener eso que no tener nada. ¿Porque sabes qué? La mayoría de la gente no tiene nada. Viven al límite. Sin red de seguridad.
No sé a ti, pero a mí no me parece un plan inteligente. En su momento me lo parecía, pero la vida me demostró que estaba equivocado.
Nivel 4: Empezando a invertir
Si en España el 90%de la gente no tiene ahorros, imagínate inversiones (lo que realmente es una inversión). España no es un país de inversores. Lo sabes tú, lo sé yo y lo sabe todo el mundo.
Y eso que últimamente se ha puesto de moda. “Muchos” han dado el pelotazo con las criptomonedas, hasta que llegó el invierno Cripto. Otros han seguido el “consejo” de su “amigo” el del banco y han contratado algún producto bancario “súper rentable” (sobre todo para el banco).
Los hay que se emocionaron con el lobo de wall street o se compraron un curso de trading intradia, y apuestan en la bolsa.
Y si algo nos ha gustado desde siempre en España, es el ladrillo. Aunque los que mantienen este tipo de inversiones suele ser por herencias en la mayoría de los casos, aún hay nuevos inversores que se acercan a este sector.
Yo he probado estos modelos de inversión y muchos más y, sinceramente, prefiero lo fácil. Llega el momento en el que te das cuenta de que estás haciendo el pardillo con tus “inversiones” y de que deberías buscar una rentabilidad más elevada por tu dinero.
Por eso me gusta la inversión pasiva y los fondos indexados. Todo eso de las velas japonesas, el spread, los pips y todos esos “palabros” me hizo perder el sueño. Por aquella época también descubrí las criptomonedas, el crowdlending, compré algunas acciones (algunas aún las mantengo)…
Gané dinero, poco, porque invertía poco, pero también perdí mucho (muchos pocos), me estafaron, me comieron las comisiones y me subió la tensión (esto no fue por estas inversiones, pero podría haberlo sido).
En fin, qué te voy a contar. Hice muchas cosas raras creyendo que invertía.
Pero al final prefiero menos rentabilidad y menos riesgo y menos estrés. Dormir tranquilo sin tener que estar pendiente de los mercados, del cryptoinvierno, de hacienda, analizando empresas…
Créeme, dormir tranquilo es importante.
Pero cada uno tiene su nivel de riesgo, claro está. Y el tuyo no tiene porque ser el mío. Por eso quiero que entiendas que, con el paso del tiempo, cada inversor termina encontrando su propio sistema, su propio camino.
Por eso hay quienes se decantan por la inversión en dividendos, otros por el value, otros se indexan, otros compran inmobiliario y otros se lo gastan en quelecotrométricos.
Da lo mismo.
Cada inversor termina encontrando SU sistema, que no tiene nada que ver con TU sistema ni, por supuesto, con MI sistema.
No hay que darle más vueltas.
El resto del camino
Del resto de niveles ya te hablaré, mientras tanto puedes escuchar el episodio, que ahí cuento todos.
Estos primeros niveles son los más difíciles de todos. Es muy probable que si logras superarlas, hayas conseguido mucho más que la mayoría de la gente que te rodea.
Sin embargo, en el camino hacia la libertad de agenda y los despertadores apagados, hay que esforzarse un poco más.